Jefe de Bomberos dice que el incendio de Tetuán fue por una chispa que inflamó gas estancado

La chispa se produjo, según él, en el bloque 45 en el que no se cortó el suministro eléctrico porque no se había desalojado
Juicio por el incendio de Tetuán en el TSJC
Juicio por el incendio de Tetuán en el TSJC
EUROPA PRESS
Juicio por el incendio de Tetuán en el TSJC

El actual jefe de los Bomberos Municipales de Santander y arquitecto municipal cuando se produjo el incendio del edificio de Tetuán, José Ignacio Trojaola, ha afirmado que el fuego se produjo por una chispa eléctrica, que provocó la combustión de la espuma de poliuretano del tejado en la que se quedó gas estancado de la explosión previa.

Según la hipótesis que ha planteado este miércoles en la segunda sesión del juicio, en el que se dirime sobre la responsabilidad patrimonial por este siniestro acontecido en 2008, un chispa eléctrica hizo que ese gas estancado en la espuma de poliuretano se incendiase, ya que es un material "altamente combustible" por lo que, ha indicado, "nunca" se usa en edificios de madera como era el caso.

La chispa eléctrica se produjo, según él, en el portal 45 del edificio ya que, ha asegurado, aunque el gas si se cortó en todo el edificio, la electricidad sólo se cortó en los bloques 41 y 43 pero no en el 45, bloque que no se desalojó y en cuyo interior continuaban los vecinos, y las buhardillas de los tres estaban comunicadas contando todas ellas con el poliuretano como aislante.

Trojaola ha indicado que, tras la explosión previa al incendio, ni los bomberos ni él vieron la espuma de poliuretano ya que ésta estaba oculta entre unos tableros de aglomerado y la teja que formaban la cubierta, la cual no se derribó con la explosión sino que quedó en "buenas condiciones" y sin riesgo de derrumbe.

Debido a ese buen estado de la cubierta del tejado, ha reconocido que no se comprobó la posible existencia de ese material aislante, algo que ha señalado que "ni hubiera imaginado" porque, ha insistido, nunca se utiliza en edificios de madera porque es "combustible e inflamable", además de estanco.

Este arquitecto municipal y actual jefe del servicio de Bomberos, que actuó tras la explosión y el incendio, ha sido uno de los principales testigos en la segunda sesión de este juicio, que ve la sala de lo Contencioso-Administrativo numero 1 de Santander y en el que se reclaman indemnizaciones por valor de 5,8 millones de euros.

También ha apuntado que este material se vio tras el incendio y ha afirmado que le "sorprendió ver que la cubierta de madera tuviese espuma de poliuretano" ya que, si se incendia, es "imposible de controlar". "De haberlo sabido, habría tirado el tejado tras la explosión", ha considerado Trojaola, que ha ensalzado que el contacto del gas con el poliuretano es "una bomba de relojería".

En su intervención, ha señalado que su hipótesis es que el fuego empezó a verse en el bloque 41 porque la chispa del 45 incendió el gas estancado y éste "corrió por el poliuretano" hasta salir por el otro extremo del tejado.

No hubo necesidad de dejar reten

Pero en ningún momento se sospechó de la presencia de ese material y no se dejó un retén porque, ha explicado Trojaola, "no había necesidad" de ello debido a que la explosión no había generado "una combustión o brasas que pudieran reavivarse".

Así lo ha manifestado también el que fuera jefe del servicio de Bomberos cuando se produjo el incendio, Luis Ángel de la Teja, que ha indicado que los efectivos abandonaron el edificio de Tetuán seis horas después de la explosión y tras comprobar en varias ocasiones la ausencia tanto de gas como de posibles fuegos latentes tras la deflagración.

Esta afirmación contrasta con la hipótesis planteada en la anterior sesión del juicio por la Policía Científica, cuyos efectivos señalaron que el incendio tuvo que producirse porque, tras la explosión, quedó en el piso un fuego latente que, además, situaron en el colchón de una de las habitaciones. Ante ello, este bombero ha asegurado que se revisó el bloque con cámaras térmicas y detectores de gas en varias ocasiones y dio "siempre negativo".

Sobre la espuma de poliuretano en el tejado, De la Teja ha afirmado que no lo vieron y que "no íbamos a romper el tejado por romper" ya que éste estaba en buenas condiciones y en las intervenciones solo se derriban los elementos susceptibles de derrumbarse o caer o tras los que puede quedar algún rescoldo de fuego.

También ha asegurado que los suministros de gas y electricidad se cortaron tras la explosión excepto en el número 45, una petición que los Bomberos hicieron a la compañía ya que este bloque no había sido desalojado.

Sobre la falta de agua para sofocar el incendio que denunció ayer martes una vecina de la zona, ha afirmado que los hidrantes de Tetuán no funcionaban por las obras del parking pero tomaron el agua de Menéndez Pelayo y "en ningún momento hubo falta de agua".

Si bien, varios letrados demandantes han cuestionado que, si no faltó agua, por qué se pidió ayuda a los bomberos de Torrelavega, Laredo, el 112 e incluso a la empresa Ascán, ante lo que De la Teja ha explicado que se requirió refuerzo porque el incendio "cogió mucha magnitud". "Se hizo grandísimo en poco espacio de tiempo", ha apostillado.

Tras este incendio, y al contrario que en la explosión, los Bomberos sí que dejaron un retén en el edificio por la "entidad" que había tenido el fuego. Así, efectivos del Cuerpo estuvieron trabajando en el inmueble hasta un día y medio después para eliminar cualquier rescoldo de fuego, ha indicado De la Teja.

La estructura "no amenazaba derrumbe"

Tanto Trojaola como De la Teja han coincidido en señalar que, a pesar del incendio, la estructura del edificio estaba bien, "no amenazaba derrumbe", y lo único que "peligraba" la fachada sur -la que da a la plaza_por lo que los bomberos la dejaron apuntalada.

Esta consideración ha sido apoyada por otro arquitecto que ha hecho hincapié en que "la estructura estaba bien y se podía haber rehabilitado". "Y es que el bloque necesitaba alguna rehabilitación pero podía haber seguido ahí", ha dicho.

No obstante, el arquitecto municipal Ramiro Amorrortu que elaboró el informe de ruina ha señalado que "la estructura sí estaba razonablemente bien" pero él tuvo que valorar "todo". "A ver si ahora va a resultar que el edifico estaba maravilloso", ha apostillado.

Ha dicho que es cierto que, para la antigüedad del edificio, su mantenimiento "estaba bien hecho" pero los daños del incendio fueron "la causa fundamental" para emitir la declaración de ruina del inmueble y a la que se sumaba el "deterioro" que éste había sufrido desde 2008 por "el tiempo, la falta de uso y el apuntalamiento".

En esta sesión, también han declarado representantes de empresas de mudanzas, inmobiliarias, un tasador y una psicóloga que trató a uno de los vecinos del edificio por "un trastorno depresivo mayor" derivado de "la indefensión que sintió cuando se quemó su casa", sentimiento que "se vio acrecentado tras la muerte de su padre".

Este juicio, en el que hay seis partes demandadas o codemandadas y más de 50 demandantes personados, continuará este jueves y viernes, 9 y 10 de octubre, a partir de las 9.30 horas, con las declaraciones de los peritos. Los 26 abogados que toman parte en la vista presentarán por escrito sus conclusiones y el juicio quedará visto para sentencia.

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