Forenses sostienen que la puñalada que recibió el vecino de Era Alta originó una hemorragia masiva y era mortal

Había restos de sangre de la víctima y su cuñado en las prendas de ropa de los dos procesados
Acusados del crimen de Era Alta
Acusados del crimen de Era Alta
EUROPA PRESS
Acusados del crimen de Era Alta

Los médicos forenses que han intervenido este miércoles en la tercera sesión del juicio que comenzó el lunes contra Miguel Ángel G.P. y Antolín C.S., acusados de matar de una puñalada a un vecino de Era Alta y herir al cuñado en octubre de 2010, han asegurado que ésta fue mortal en el sentido de que le originó "una hemorragia masiva muy importante" que llegó a afectarle al hígado y a la vena porta y, en menor medida, al estómago.

Estas expertas han descrito a los miembros del Jurado Popular las lesiones que presentó el cadáver cuando llegó al Instituto Anatómico Forense procedente del hospital Virgen de la Arrixaca, donde tuvo que ser intervenido hasta en dos ocasiones por una hemorragia de dos litros en el abdomen y la dificultad que tuvo para coagular.

El cuerpo de la víctima presentó una lesión en la cabeza con signos apreciables de haber recibido contusiones, es decir, heridas vitales y no post mortem; así como unas heridas en el brazo que indicaron que pudieron ser producidas como consecuencia de una sujeción con fuerza por la parte trasera. Mientras que las lesiones en el escroto están sujetas a una doble interpretación según las forenses, ya que pudiera ser ocasionada por una patada o porque recibió asistencia terapéutica en el hospital.

Ya en el examen interno de la víctima, las forenses han descrito que lo que parecía una lesión de menor importancia en la cabeza resultó ser todo lo contrario, es decir, tenía cierta profundidad.

Mientras que la herida principal y la causante de la muerte de este vecino de Era Alta fue el apuñalamiento que recibió en el abdomen, una herida que las forenses han descrito como que "penetró en profundidad, afectando al hígado, la vena porta, el sistema hepático y al estómago". En resumen, han contestado a preguntas de la fiscal, "la muerte se produjo por esta herida que le provocó una hemorragia interna masiva muy importante".

Incluso han desmontado una de las hipótesis de las defensas de los procesados consistentes en el retraso en llegar de la ambulancia, asegurando que incluso si hubiera sido atendido de inmediato los riesgos son "importantes" a la hora de provocar la muerte de esta persona.

También han prestado declaración las peritos que realizaron el informe en el que se constata que había restos de sangre de la víctima y su cuñado en la camiseta de Miguel Ángel y del cuñado en la chaqueta de Antolín.

El cuñado de la víctima también resultó herido en la reyerta al intentar arrebatarle el cuchillo, arma homicida, a Miguel Ángel; unas heridas que la médico forense ha descrito como "defensivas" y no de ataque, que le tardaron en curar más tiempo de lo habitual debido a que se le hizo una necrosis en el tejido del dedo.

Los cuatro policías nacionales que han declarado en el juicio fueron los encargados de poner el cordón de seguridad para no contaminar la zona del crimen y la inspección ocular.

La nota curiosa de la jornada la ha protagonizado un miembro del Jurado Popular al desmayarse en pleno juicio al contemplar las imágenes captadas durante la autopsia realizada al cadáver, obligando, de este modo, a interrumpir por unos minutos la sesión, que se ha reanudado al poco al recuperarse esta persona.

Para el fiscal, los hechos son constitutivos de un delito de homicidio para Miguel Ángel G.P. como autor directo y Antolín C.S. como autor por cooperación necesaria, por el que pide para cada uno de ellos 13 años de prisión; mientras que la acusación particular reclama 15 años de cárcel. Asimismo, por el delito de lesiones para ambos acusados pide en total cuatro años de cárcel, cinco en el caso de la acusación. Las defensas piden la absolución de los procesados.

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