María Teresa Romero Ramos, la auxiliar de enfermería infectada con el virus del ébola, no sabe cómo pudo ocurrir el contagio.

En unas declaraciones que ella misma ha realizado a el diario El Mundo, Romero sostiene que en ningún momento fue consciente de haber incumplido el protocolo ni sintió preocupación por un posible contagio.

Desde otra habitación del mismo hospital, el Carlos III de Madrid, su marido, quien este martes ha protagonizado una candente campaña para salvar a su perro Excálibur de ser sacrificado, ha recordado que su mujer se presentó voluntaria para tratar a Manuel García Viejo, el religioso enfermo de ébola que falleció el pasado 25 de septiembte.

Notablemente cansada, la auxiliar de enfermería, que prácticamente se comunicaba con el periodista a través de monosílabos, ha asegurado que se encuentra "un poquito mejor" y ha repetido que desconoce cómo pudo ser el contagio: "No tengo ni idea".

De momento, todo son hipótesis. Aunque parece hay bastante unanimidad en torno a la idea de que Romero se contagio de García Viejo, no se sabe ni cuándo ni como.

La paciente entró en dos ocasiones en la habitación del infectado: una para cambiarle de pañal y otra para recoger material, según aseguró este martes la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa.

Fuentes cercanas a la investigación citadas por El País creen que el fallo pudo darse cuando la enfermera se quitó el tercero de los trajes superpuestos que llevaba como protección, pero no detallan cómo ocurrió.