Nace en Suecia el primer bebé del mundo tras un trasplante de útero

  • La mujer se quedó embarazada, con fecundación in vitro, gracias al trasplante recibido de una amiga de la familia, de 61 años.
  • El bebé nació por cesárea con 31 semanas de gestación, y tanto la madre como el niño están bien.
  • La paciente sufría un trastorno congénito y nació sin útero.
  • La nueva madre formaba parte de un proyecto con otras mujeres que intentaron quedarse embarazadas, después de que los embriones les fueron reintroducidos.
Imagen del primer bebé del mundo que nace tras recibir su madre un trasplante de útero.
Imagen del primer bebé del mundo que nace tras recibir su madre un trasplante de útero.
EFE / The Lancet
Imagen del primer bebé del mundo que nace tras recibir su madre un trasplante de útero.

Una mujer sueca de 35 años se convirtió en el pasado septiembre en la primera del mundo en dar a luz un bebé tras recibir un trasplante de útero, informaron este sábado fuentes de la Universidad de Göteborg.

El bebé vino al mundo por cesárea y tanto la madre como el niño están bien, prosiguen las fuentes de la citada universidad, cuyo equipo de ginecología llevó a cabo la transferencia del embrión al útero trasplantado.

"Esto nos da evidencias científicas de que el concepto de trasplante de útero puede ser usado para tratar la infertilidad uterina, que hasta ahora había sido la última forma de infertilidad femenina intratable", señaló en un comunicado Mats Brännström, jefe del proyecto investigador.

Brännström resaltó que el parto demuestra que son posibles los trasplantes de un donante vivo, aunque haya pasado la menopausia.

La mujer, de la que no se ha facilitado la identidad, quedó embarazada la pasada primavera, gracias al trasplante recibido de una amiga de su familia, de 61 años.

"El bebé lloró enseguida y no requirió otro cuidado que la observación clínica normal en una unidad neonatal. La madre y el niño están bien y han vuelto a casa. Los nuevos padres están por supuesto muy felices y agradecidos", señaló Brännström.

La mujer tuvo que ser sometida a cesárea antes de lo planeado porque se le detectó preeclampsia (forma más grave de hipertensión durante el embarazo) y el bebé estaba sometido a estrés.

Los expertos desconocen la razón de esa dolencia, aunque creen que se puede deber a una combinación del tratamiento inmunodepresivo al que estaba sometida y al hecho de que le falte un riñón. Los médicos recurrieron al tratamiento porque la mujer había sufrido tres episodios de "rechazo suave" tras el trasplante.

Proyecto con otras ocho mujeres

La nueva madre formaba parte de un proyecto con otras ocho mujeres que intentaron quedar embarazadas este año después de que los embriones fecundados in vitro les fueron reintroducidos a sus úteros trasplantados, la mayoría donados por sus madres o por otros familiares.

Se trata de la primera experiencia exitosa de estas características, después de que dos intentos anteriores, llevados a cabo en Turquía y en Arabia Saudí, resultaran fallidos. En dos casos hubo que extraer los úteros por una infección seria y por coágulos en los vasos sanguíneos trasplantados.

El proyecto, que cuenta con la colaboración del Hospital Universitario Sahlgrenska, arrancó en 1999 con el objetivo de lograr que mujeres nacidas sin útero o que lo perdieron en una operación relacionada con el cáncer pudieran dar a luz.

Un equipo de médicos de esta universidad y del Sahlgrenska logró hace dos años el primer trasplante de útero de madre a hija en el mundo, ha anunciado este sábado esta institución académica.

Ya había habido un intento fallido en Arabia Saudía en 2000 —el útero tuvo que ser extraído poco después del trasplante— y en Turquía, 11 años después, con una donante en muerte cerebral. En el caso turco los médicos intentaron varias veces reintroducir embriones, pero dos embarazos tempranos resultaron en abortos, explicó la Universidad de Gotemburgo en su comunicado.

La revista médica británica The Lancet difundirá más detalles de la intervención en su último ejemplar, que se publicará este domingo.

De acuerdo con las informaciones hasta ahora avanzadas, la paciente sufría un trastorno congénito y nació sin útero.

La fecundación se realizó in vitro y, tras realizársele exitosamente el trasplante de útero, procedente de la otra mencionada mujer que había entrado ya en la menopausia, se le transfirió un único embrión.

Según las fuentes universitarias, el embarazo se desarrolló sin grandes contratiempos y el bebé nació sano, con apenas 31 semanas de gestación y un peso de 1,8 kilos.

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