La madre de los niños, Leonor Tamayo, reconoció que sus hijos no tendrían que cursar la asignatura hasta dentro de varios años, ya que empezarían a estudiarla en quinto o sexto de Primaria.

Argumentó, no obstante, que éste es el momento idóneo para concienciar a la opinión pública, cuando la asignatura aún no se ha implantado, y apoyar a los padres cuyos hijos comenzarían a estudiarla en septiembre en algunas comunidades, concretamente en la Secundaria Obligatoria.

"El motivo es, sobre todo, que el Estado se está arrogando unas competencias que no le son propias; lo valores y la formación moral de los hijos es de los padres; el Estado puede proponer pero no imponer", adujo.

La madre explicó que la dirección del centro no ha puesto impedimentos para aceptar el escrito de objeción y le ha informado de que otros padres también lo han presentado.

El centro, que imparte todos los niveles hasta Bachillerato, pertenece a la organización católica FERE-CECA, que no cree necesaria la objeción de conciencia en sus centros.

Leonor Tamayo, que tiene cinco hijos, es una de las responsables de la campaña de objeción de la organización Profesionales por la Ética.