La Ciudad de las Artes y las Ciencias ha abierto Valencia, que ha dado así un salto a la modernidad sin traicionar sus raíces. Se trata de un conjunto de edificios diseñados por Santiago Calatrava y Félix Candela que emergen al final del río Turia. Son el Hemisfèric, Umbracle, Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, el Palau de les Arts Reina Sofía y el Oceanogràfic.
Este último destaca con un brillo especial. El Oceanogràfic, obra de Félix Candela, es uno de los emblemas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Es el mayor acuario de Europa: 42 millones de litros de agua salada, 45.000 ejemplares y 500 especies animales.
Encontramos aquí hasta diez espacios-ecosistemas diferenciados: Mediterráneo, humedales, mares templados y tropicales, océanos, delfinario, Antártico, Ártico, islas y mar Rojo. Todos nos permiten observar de cerca ejemplares de especies llegadas de todo el mundo, más de 4.500 ejemplares de 500 especies. Desde grandes especímenes como tiburones grises, rayas, barracudas, leones marinos, morsas o pingüinos hasta especies más pequeñas y curiosas como los dragones de mar, el coral o las anémonas.
En el edificio de los oceános encontramos la joya de la corona: un acuario con siete millones de litros de agua (uno de los mayores del mundo) con un túnel donde podemos pasear mientras nadan sobre nosotros especies como el tiburón toro, el tiburón gris o el pez luna. Destaca también el delfinario, uno de los más grandes del mundo, con cinco piscinas, 26 millones de metros cúbicos de agua y una profundidad de más de 10 metros.
Tampoco debemos perdernos las ballenas beluga, ya que éste es el único lugar de Europa donde podemos verlas en cautividad. En el espacio Ártico se ha recreado a la perfección el entorno de estas frías latitudes, incluso con grandes bloques de hielo. Los leones marinos son otra de las grandes estrellas del complejo, en la zona de las islas.
Dentro del Oceanogràfic se pueden realizar tres actividades especialmente singulares. Una es para los pequeños: la posibilidad de pasar una noche en el acuario. Otra para los adultos: nadar entre los escualos. Y una tercera para todos: comer en un restaurante submarino, rodeados de un inmenso acuario en el que observar a los peces mientras disfrutamos de un menú basado en la rica gastronomía mediterránea.
Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!
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