Algunos siembran patatas, tomates y fresas en el huerto ecológico. Otros se dedican a plantar árboles para luego reubicarlos en lugares más propicios que la prisión, donde sólo están hasta echar las raíces. Una treintena de presos del Centro Penitenciario de Córdoba participan en los talleres del Aula de la Naturaleza, como el vivero forestal y el curso de horticultura, donde aprenden una profesión en aras a su inminente libertad. Son presos en la recta final de su condena que siembran ahora para recoger en libertad.Miembros del aula de la naturaleza
Ramón Rodríguez, 35 años. «En Barcelona estuve un año y medio trabajando en jardinería y ahora vuelvo a estar en contacto con la naturaleza. Estoy aprendiendo mucho y ojalá se me dé la oportunidad algún día de trabajar en esto».
Juan Cortés, 34 años. «Yo hice un curso de jardinería aquí en la prisión y ahora estoy en el vivero. Creo que me puede ayudar a encontrar un trabajo. Volveré a Málaga con mi mujer y mis hijos y buscaré trabajo en los chalés para cuidar de los jardines».
José Manuel Pérez, 28 años. «Yo me he criado en el campo y sé lo que es trabajar allí. Ahora mismo estoy en el huerto ecológico y pronto saldré en libertad, donde me espera un trabajo en Palma del Río relacionado con esto».V
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