La trucha autóctona recupera los ríos pirenaicos

La recuperación de la trucha autóctona, la repoblación de las cuencas de los ríos pirenaicos y turolenses y la dinamización de un incentivo tradicional del medio rural como es la pesca son las etapas y objetivos que pretender cubrir la Dirección General de Conservación de Medio Natural del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, que estos días está completando la suelta de 240.000 truchas autóctonas en los ríos Aragón, Ara y Cinca Medio.

La recuperación de la trucha autóctona, la repoblación de las cuencas de los ríos pirenaicos y turolenses y la dinamización de un incentivo tradicional del medio rural como es la pesca son las etapas y objetivos que pretender cubrir la Dirección General de Conservación de Medio Natural del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, que estos días está completando la suelta de 240.000 truchas autóctonas en los ríos Aragón, Ara y Cinca Medio.

Se trata en todos los casos de ejemplares de 6 a 8 centímetros, criados en la piscifactoría de Planduviar, en el término de Sarvisé, en pleno valle de Broto, donde un equipo de cinco personas, al frente de los cuales se encuentra el agente de protección de la naturaleza (APN), Eduardo Duaso, cubre todas las etapas del programa de captura, reproducción, cría y suelta de la trucha común.

Son ejemplares que podrán ser capturados la próxima temporada, aspecto que, sin duda alguna supondrá un aliciente añadido para los valles por los que transcurren estos ríos. En el caso del Gállego y el Ésera habrá que esperar a 2016 para poder repoblar estas cuencas ya que no ha resultado fácil encontrar ejemplares genéticamente puros que pudieran utilizarse como reproductores. Ahora, el proceso ya esta en marcha en la misma piscifactoría de Sarvisé y el Gállego y el Aragón también serán repoblados en 2016.

El director general del Medio Natural, Pablo Munilla, ha señalado que "hay que tener en cuenta que hemos multiplicado por 10 nuestra capacidad de suelta con respecto a 2013 por lo que, este año, se puede hablar sin problema de un plan de choque para incrementar el número de pescadores que se acerquen a estas comarcas".

Con la misma finalidad de atraer pescadores, en 2014 se ha prolongado, hasta el próximo 15 de octubre, en la modalidad de captura y suelta, la temporada de pesca en los cotos sociales de pesca de Oliván, Fiscal, Lafortunada, Campo, Albarracín y Villanúa.

Ciclo completo

El trabajo en la piscifactoría se basa en dar de comer y aplicar tratamientos sanitarios preventivos a las truchas, así como trasladarlas de una pila o fosa a otra, en función de la etapa de desarrollo en que se encuentran. El día a día incluye también trabajos de limpieza y reparación de las instalaciones, un aspecto esencial en esta actividad.

El proceso es complicado. Desde la captura de los ejemplares hasta la suelta de los alevines hay que cubrir un largo proceso de análisis genético, reproducción, desove, extracción de los espermatozoides, embrionaje, selección y clasificación cada mes de los alevines y engorde de las truchas, fases que se realizan en distintas fosas y pilas. Éstas están protegidas por redes para evitar los ataques de garzas, cormoranes, milanos e incluso nutrias que penetran por las alcantarillas de la instalación para procurarse comida.

La limpieza, la densidad en el propio medio de cría y el porcentaje de comida (pienso) que se les suministra son aspectos importantes y definitivos en el proceso. Cada hembra aporta unos 800 huevos al proceso.

"Con un tamaño de 6 a 8 centímetros se adaptan mejor a las condiciones del río. Estas dimensiones favorecen que, hasta el momento en que son pescadas, se conviertan en truchas más correosas, similares a sus hermanas salvajes y, por ello, sin diferencia para los pescadores", ha comentado Pablo Munilla.

El transporte desde la piscifactoría hasta la orilla del río se realiza en vehículos en los que se cargan los ejemplares, siempre en cubas oxigenadas. Munilla ha explicado que "la suelta no debe ser masiva en pocos puntos sino en pequeños grupos de truchas y en muchos sitios dependiendo de las orillas, su vegetación y la dinámica del río. Es, por tanto, un trabajo artesanal que desarrollan los APN y que es una fase fundamental para una correcta aclimatación de los ejemplares repoblados". De hecho, la suelta de truchas en el Ara se completó a lo largo de 37 kilómetros.

A lo largo del otoño, se desarrollará un proceso similar en varios ríos de Teruel y Zaragoza con los ejemplares existentes en la piscifactoría de 'Los Pajares', en Albarracín.

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