Así lo aseguró en rueda de prensa el director del equipo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que ha recuperado e identificado los restos de Quevedo, José Antonio Sánchez, quien explicó los resultados de esta investigación.
Sánchez explicó que "las tareas se prolongaron más de lo que teníamos pensado porque fue un trabajo muy arduo", afirmó el director del equipo, quien señaló que los restos se encontraban en la cripta de Santo Tomás de Villanueva, en la Iglesia de San Andrés, junto con "otros 167 más como mínimo", los cuales fueron todos analizados.
Los huesos de Quevedo estaban junto a restos de animales, de niños pequeños, así como de jóvenes y ancianos. Se hicieron varias discriminaciones hasta quedarse con un grupo de restos que cumplían con el perfil del escritor, fallecido a los 65 años de edad.
Finalmente se identificaron los restos de Quevedo porque el fémur derecho tenía una torsión que reflejaba que la persona a la que pertenecía era coja, como el escritor.
Subrayó que la identificación se completó además porque la talla y la edad correspondían con las de Quevedo, por lo que, aunque no pudo asegurar al cien por cien que correspondían a él, "porque ningún método lo puede hacer", dijo que los huesos son del literato.
En total, se han podido recuperar diez piezas del esqueleto, algunas vértebras, los dos fémures y una clavícula; del cráneo, según apuntó, "no se sabe nada", ya que es una de las partes más frágiles y de las que antes se deterioran.
En casos similares se identifica los restos a través del ADN de los huesos, pero esta prueba necesita una muestra para cotejar, y en este caso no existía.
Ahora, falta por determinar dónde descansarán los restos de Quevedo, aunque el alcalde de Villanueva de los Infantes adelantó que tanto la iglesia como el ayuntamiento de esa localidad quieren que regresen a ella.
Francisco de Quevedo falleció en septiembre de 1645 en el Convento de Santo Domingo de Villanueva de los Infantes, lugar en el que, según dijo en su testamento, deseaba ser enterrado. Esta voluntad no llegó a cumplirse, puesto que fue inhumado en la cripta que la familia Bustos poseía en el citado templo infanteño.
Los restos que había en esta cripta fueron trasladados casi un siglo después a la de la Iglesia de San Andrés Apóstol, que permaneció escondida hasta 1955, en que se descubrió cuando se estaba excavando en la Sala Capitular del templo
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