¿Reconocerías a un genio de incógnito?

El virtuoso del violín Ara Malikian se convierte en un músico callejero. 20 minutos se ha ido con él a una concurrida estación de metro donde interpretó obras de Bach y Sarasate con un violín del siglo XVIII. Pocos le hicieron caso.
Tocar en el metro es duro, incluso para los grandes.El violinista Ara Malikian lo ha comprobado de la mano de 20 minutos tras repetir la experiencia del reconocido Joshua Bell en el suburbano de Washington.

Durante 35 minutos, este libanés afincado en España interpretó sonatas y partituras de Bach «hasta que vi que la gente no se paraba y opté por el espectacular Sarasate», como reconoció después del experimento.

«Parezco recién llegado de la patera», bromeaba antes de comenzar a tocar un violín Montagnana del siglo XVIII. Habitualmente, el artista cobra de 6.000 a 8.000 euros por actuación. En esta ocasión, Malikian se llevó tan solo 5,30 euros en 35 minutos, que va a destinar «a otro músico callejero con verdadera vocación: los hay muy buenos».

Pasando de él

Con auriculares, charlando o simplemente indiferentes, los cientos de personas que pasaron a su lado no repararon en ninguna de las obras que tocó el violinista. Sólo Carmen, de 30 años, se paró a escuchar una chacona de Bach. Después, tras asegurar que si hubiese tenido prisa probablemente no se hubiese parado, reconoció con los ojos húmedos que Malikian «no es un violinista cualquiera».

16.25. «¡Como si viniese de la patera!». Malikian bromea sobre su indumentaria. Viene con colgantes, pañuelos y hasta gafas de sol por miedo a que lo reconozcan en la estación de Nuevos Ministerios, una de las más concurridas de Madrid.

16.55. En el metro uno no se hace rico. El violinista comienza con sonatas y partitas de Johan Sebastian Bach, pero nadie se para y muy pocos echan monedas. A este paso, Malikian no llega a los 10 euros en 45 minutos que preveía.

17.10. Las primeras monedas. Malikian sonríe cada vez que recibe unos céntimos. Ya sabe lo difícil que es ganarse la vida como músico callejero. Su concentración aumenta y se olvida de la gente. Ahora sólo existe el violín.

17.15. ¡A por el virtuosismo! Cambio de tercio. El violinista sustituye a Bach por Sarasate, mucho menos espiritual y más técnico y espectacular. El objetivo, recaudar un poquito más en los minutos de recital que restan.

17.30. Cinco euros, treinta céntimos. No es mucho, pero tras 35 minutos tocando Malikian está satisfecho: «Actuar en el metro es una vocación, y hay músicos realmente buenos». Afirma que repetirá. «¡Sacaré más!», bromea.

El libanés que se enamoró de España

Fue por casualidad, por el incendio de su piso en Londres, por lo que Ara Malikian (Líbano, 1968) decidió venirse a España. Casi todo su tiempo lo pasa en los aviones, para acudir a las citas como concertista clásico (Nueva York, París, Viena, Tokio, Londres...) o para explorar la fusión de músicas del mundo, como la armenia o el flamenco. Es especialista en Paganini y ha grabado cerca de 20 CD. Es músico de la orquesta del Teatro Real (Madrid). www.aramalikian.com.

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