Los afectados aseguran que ese proyecto «empeora la calidad de vida y la seguridad de los viandantes», además de «no mejorar el tráfico y poner en peligro la continuidad de los negocios». «Lo ideal sería regular la circulación con semáforos. Además el Ayuntamiento debe solucionar puntos críticos para el tráfico, como la conexión de la ronda de Outeiro y Alfonso Molina, ya que sus problemas llegan hasta aquí», asegura Luis Quintana, vecino de la zona. Los afectados por el derribo del actual viaducto demandan también que el Ayuntamiento les convoque y les informe sobre cualquier novedad que afecte a la ronda de Nelle y estos planes.

Por su parte, el Gobierno local está realizando un estudio para ver si es viable dejar toda la circulación en superficie en el cruce con la avenida Finisterre, aunque las conclusiones no se conocerán hasta mayo.