La odisea diaria de ocho horas de autobús de los trabajadores negros durante el 'apartheid'

  • Reeditan el clásico reportaje de David Golblatt 'The Transported of KwaNdebele' sobre los viajes nocturnos de los obreros desplazados a la fuerza por Sudáfrica.
  • Tenían que trasladarse en autobús desde la zona en la que habían sido obligados a establecerse para alejarlos de los blancos, un lugar árido, sin agua y sin empleos.
  • Salían de casa a las 2.45, llegaban a Pretoria a las 7 y al terminar la jornada laboral volvían a hacer el viaje en sentido inverso cada día.
Una de las fotos de David Golblatt en los autobuses sudafricanos de trabajadores negros segregados
Una de las fotos de David Golblatt en los autobuses sudafricanos de trabajadores negros segregados
© "The Transported of KwaNdebele" by David Goldblatt​, published by Steidl / www.steidl.de
Una de las fotos de David Golblatt en los autobuses sudafricanos de trabajadores negros segregados

Es uno de los grandes reportajes sobre la malvada raíz del apartheid que aplicó en Sudáfrica la minoría blanca gobernante desde 1948 hasta 1992. La desgracia de que estuviese agotado como libro queda reparada con la reedición. The Transported of KwaNdebele (Los transportados de KwaNdebele) es el testimonio de la epopeya cotidiana para ir a trabajar de los miles de trabajadores negros segregados a zonas alejadas de las ciudades para mantenerlos lejos de los blancos.

El autor del reportaje, el fotógrafo David Golblatt (1930), fue uno de los primeros en mostrar al mundo lo que estaba sucediendo en el país y este trabajo asombró al mundo cuando fue inicialmente publicado, en 1989, por la crudeza, narrada con un elegante distanciamiento, del sistema de dominación racista. Golblatt —hijo de inmigrantes lituanos, es decir, blanco, y residente en Sudáfrica desde su nacimiento— muestra el sufrimiento y la opresión en una colección de imágenes en blanco y negro donde rigen el silencio, el cansancio y la humillación.

Territorios autónomos

El reportaje —que reedita ahora, satisfaciendo una larga demanda de los aficionados a la fotrografía documental, la editorial Steidl [80 páginas, 65 euros] muestra a los trabajadores de KwaNdebele, uno de los veinte bantustanes creados por el gobierno a partir de 1959 para, bajo la apariencia de permitir terriorios autónomos para los negros, segregar a estos, separarlos de las ciudades, evitar conflictos y dejarlos en las zonas menos favorecidas en recursos e infraestructuras.

Al menos millón y medio de personas fueron desplazadas porque se consideraba que vivían, así rezaba textualmente el decreto legislativo, en el "lugar equivocado". Las parcelas en las que eran ubicados los desplazados eran demasiado pequeñas para la agricultura o el pastoreo. Los únicos servicios comunitarios eran puntos de toma de agua y, solo en algunos casos, una escuela para los niños

120 kilómetros, cuatro horas

Ubicado en el actual territorio de Namibia, el bantusán que interesó a Golblatt era árido, seco y no ofrecía ninguna posibilidad de empleo, ya que carecía de comercio e industria de ningún tipo. Los habitantes tenían que ir a trabajar a Pretoria, a 120 kilómetros, unas cuatro horas de distancia en autobús, lo que significaba que debían pasar hacinados en los vehículos —viejos, incómodos y lentos— desde las 2:45 horas hasta las 7. Al final de la jornada laboral, en fábricas o en los servicios de más bajo nivel y miserable retribución del mercado, regresaban a las casuchas de latón o cartones de KwaNdebele. Eran las 22 horas.

Para culminar el reportaje Goldblatt acompañó varias veces a los transportados en los viajes de ida y vuelta. Las dificultades fueron muchas —la policía no terminaba de aceptar que el fotógrafo estuviera interesado en aquello y lo detuvo varias veces— y también los condicionantes técnicos, porque el reportero es un purista que no deseaba falsear con la luz artificial de un flash el ambiente tétrico de hombres y mujeres fundidos de cansancio. Disparó todas las fotos con la luz disponible, a veces la de los faros de la caravana de buses, a veces las bombillas de las cabinas, y el fuerte grano confiere a las imágenes mayor drama.

'Política despiadada'

En el prólogo de la reedición del libro, Golblatt habla de la sensación de "abandono" que sintió cuando hizo el primer trayecto y de la "política despiadada" que permitía que el 87% del territorio del país, la zona sur rica y productiva, fuese asignada solamente a blancos. "Durante los más de dos años de mi trabajo, muchas de las personas de KwaNdebele sufrieron abusos, detenciones, torturas y hasta la muerte por su resistencia a la independencia impuesta", añade el fotógrafo, pero "el ritual diario de los interminables viajes en autobús continuó ininterrumpidamente".

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