Comienza este miércoles el juicio con jurado contra la madre de los dos bebés congelados de Pilas

La Audiencia Provincial de Sevilla acogerá este miércoles la primera sesión del juicio contra Sara L.H., la madre de los dos bebés hallados congelados en noviembre de 2012 en una vivienda del municipio sevillano de Pilas, para quien la Fiscalía pide 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato con alevosía.

La Audiencia Provincial de Sevilla acogerá este miércoles la primera sesión del juicio contra Sara L.H., la madre de los dos bebés hallados congelados en noviembre de 2012 en una vivienda del municipio sevillano de Pilas, para quien la Fiscalía pide 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato con alevosía.

El pasado viernes, ya se constituyó en la Audiencia Provincial el jurado popular que enjuiciará a la acusada, que finalmente quedó compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, tras lo que este miércoles comenzará la vista oral con las alegaciones de la Fiscalía y de los abogados de la acusación y de la defensa y la declaración de la acusada.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce su marido, que fue quien halló los dos bebés en sendos congeladores de la vivienda, solicitan 40 años de prisión para la encausada, que se encuentra interna en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra desde que ocurrieron los hechos y cuyo abogado defensor solicita su libre absolución.

En su escrito, el letrado de Sara L.H. argumenta respecto a uno de los dos bebés congelados que la acusada no recuerda haber estado embarazada del mismo, para lo cual alega un trastorno disociativo que le impide recordar dicho embarazo. En relación al segundo de los bebés, defiende que nació ya muerto.

De su lado, la Fiscalía pide para la acusada 20 años de prisión por cada uno de los dos delitos de asesinato con la agravante de parentesco que le imputa y el pago de una indemnización de 300.000 euros a favor de su marido y de 30.000 euros para cada uno de los dos hijos menores del matrimonio.

La Fiscalía considera que, en fecha no determinada pero entre los años 2002 y 2008, la acusada quedó embarazada de su marido, por lo que "decidió acabar con la vida del hijo que naciera una vez que diera a luz en solitario", de manera que "ocultó el embarazado a todo el mundo, incluido su esposo y otros miembros de la familia, no acudió a visitar a ningún ginecólogo, ni se hizo ningún tipo de prueba médica", a lo que se suma que "usaba fajas para ocultar su estado".

El Ministerio Público señala en su escrito de acusación que, de este modo, una vez finalizada la gestación y llegado el día del alumbramiento, la imputada dio a luz en su domicilio de Pilas, "sin que conste la intervención de ninguna otra persona", a un varón que "respiró una vez separado del claustro materno".

La acusada "provocó la asfixia del bebé"

La acusada, "llevando a cabo su plan preconcebido, provocó la asfixia del bebé por medios que se desconocen hasta ocasionarle la muerte", dice la Fiscalía, que añade que, una vez producida la muerte, la acusada "metió a su hijo en una bolsa de basura gris, que a su vez guardó en otra bolsa blanca y lo ocultó en un arcón congelador que se encontraba en la cocina" de la vivienda, junto con otros alimentos, "de forma que quedase oculto".

La Fiscalía pone de manifiesto que, sobre septiembre u octubre de 2010, la acusada quedó nuevamente embarazada de su marido "y decidió igualmente ocultar el embarazo para dar a luz a su hijo y posteriormente quitarle la vida", para lo cual "volvió a ocultar el embarazo, no acudió al médico y simuló con fajas su aumento de peso".

"Posiblemente" sobre las 10,30 horas del 24 de junio de 2011, la acusada comenzó a tener contracciones propias del parto cuando se encontraba sola en su domicilio, de manera que "sin que conste la intervención de otra persona, se introdujo en la bañera y llenó parcialmente de agua la misma".

En un arcón congelador

La Fiscalía añade que, tras unas "pocas" contracciones, nació un bebé "que respiró fuera del seno materno", pero entonces, "en elaboración de su plan, sumergió a su hijo en la bañera ahogándole y provocándole la muerte por insuficiencia respiratoria aguda", tras lo que "introdujo a su bebé ya fallecido en una bolsa de basura junto con la placenta y el cordón umbilical y la ocultó en el último cajón del congelador de la nevera de la cocina", el cual "no era utilizado por nadie de la familia excepto la acusada, introduciendo en el mismo varios alimentos".

Sobre las 17,00 horas del 9 de noviembre de 2012, el marido de la acusada estaba realizando la limpieza del frigorífico cuando halló al bebé nacido y fallecido el 24 de junio de 2011, mientras que, sobre las 10,30 horas del 27 de noviembre de 2012, estando limpiando el arcón congelador, encontró el cuerpo del otro bebé.

En noviembre de 2012, cuando fueron hallados los cuerpos, la acusada ingresó en prisión, donde se apercibieron de que se encontraba en avanzado estado de gestación, la cual "también había ocultado", y fruto de la cual nació una niña el 30 de noviembre de 2012.

La declaración de la acusada

Según la Fiscalía, la acusada "mantenía intactas sus facultades cognitivas y volitivas" en el momento de los hechos.

La imputada relató en su declaración judicial que el primero de los partos tuvo lugar el día 24 de junio de 2011, cuando aprovechó que su marido y sus dos hijos habían abandonado la vivienda familiar tras desayunar para dirigirse a la bañera, donde finalmente dio a luz, asegurando que el recién nacido "ni lloraba ni se movía", por lo que creyó que había nacido muerto.

En este sentido, la imputada explicó que se metió en la bañera "porque sabía que no había tiempo, estaba muy nerviosa y tenía miedo", señalando que el parto se produjo "muy rápido, en muy pocos minutos, a la segunda o tercera contracción", momento en el que abrió el grifo "para evitar que el bebé se golpeara" en la bañera.

Metió el bebé en una bolsa

La imputada afirmó que el menor "no estuvo mucho tiempo sumergido" en el agua de la bañera, así como dijo no recordar haberle cortado el cordón umbilical, "aunque sí lo presionó para que no sangrara", añadiendo que a continuación "expulsó la placenta y quitó el agua, permaneciendo sangrando un rato".

Después, "metió el bebé en una bolsa, la ató y la guardó" en el congelador, ya que "no le parecía bien tirarlo en un contenedor", dijo en su declaración ante el juez instructor, en la que también aseguró que "no quería desprenderse de él ni olvidarlo".

Respecto al segundo de los bebés hallados congelados, que llevaba más tiempo en el congelador que el primero al ser de un parto anterior, dijo no recordar nada de haber estado embarazada.

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