El libro '50 loqueros' entra en los 'espacios sagrados' de consulta de famosos psiquiatras

  • El psiquiatra y fotógrafo Sebastian Zimmermann retrata las consultas de algunos de los terapeutas de la salud mental más prestigiosos del mundo.
  • La monografía '50 loqueros' muestra a los profesionales en el poco conocido entorno en el que intentan reparar los problemas y el dolor de los pacientes.
  • El libro también incluye testimonios de los psiquiatras sobre estos a menudo desconocidos 'lugares de refugio y protección, sanación y reconciliación'.
La psicoanalista Jameson Webster simula 'caer' en el diván de su consulta. Cita un verso de Rilke para explicar su praxis: "Todos estamos cayendo. ¿Habrá una mano que nos ayude?"
La psicoanalista Jameson Webster simula 'caer' en el diván de su consulta. Cita un verso de Rilke para explicar su praxis: "Todos estamos cayendo. ¿Habrá una mano que nos ayude?"
The following images/text are excerpted from "Fifty Shrinks" by Sebastian Zimmermann. All images are Copyright © Sebastian Zimmermann
La psicoanalista Jameson Webster simula 'caer' en el diván de su consulta. Cita un verso de Rilke para explicar su praxis: "Todos estamos cayendo. ¿Habrá una mano que nos ayude?"

Son los talleres de reparación de la maquinaria más compleja, la mente humana, y un escenario donde se intentan paliar los efectos dolorosos y destructivos de la gran enfermedad de la edad moderna, la dolencia mental en sus variadas formas —padecidas por el 7,4% de la población mundial, más de 500 millones de personas—. Son lugares sagrados y poco conocidos: las consultas de psiquiatras, psiconalistas, psicólogos y terapeutas.

El libro Fifty Shrinks (Cincuenta loqueros) permite la entrada en los espacios íntimos donde pasan consulta medio centenar de los profesionales de la salud mental más prestigiosos de los EE UU, algunos de los cuales son primeras figuras mundiales. Es una gira reveladora firmada por el psiaquatra y fotógrafo Sebastian Zimmermann por estos "lugares de refugio y protección, sanación y reconciliación", donde paciente y terapeuta trabajan en la "transformación" del trastorno y la mejora de la calidad de vida de los enfermos, señala en el prólogo de la obra la profesora de Arquitectura Elizabeth Danze.

Tardó 12 años en culminar el trabajo

El trabajo no fue fácil porque los profesionales de la salud mental son celosos de la intimidad y no gustan de revelar la morfología, decoración y disposición de sus talleres, pero Zimmermann tuvo paciencia —tardó 12 años en culminar el trabajo— y, desde luego, aprovechó la confianza que le otorgaba su doble condición de psiquiatra y fotógrafo.

"El proceso de creación del ha profundizado el respeto que siento por mis colegas que están lidiando con espectro completo del comportamiento humano... Todos los terapeutas me impresionaron por su compromiso con el alivio de los síntomas y la mejora de la vida de sus pacientes. Mi libro es un homenaje a su trabajo", dice al autor.

Un psicoanalista de 100 años

Las intenciones del autor son especialmente aplicables a tres de los protagonistas del libro que han muerto desde el inicio del proyecto. El más notable de ellos es  el sicoanalista Martin S. Bergmann, que aparece retratado en postura meditativa y de intensa contemplación en su consulta neoyorquina con amplios ventanales abiertos a Central Park. El veterano terapeuta, con más de medio siglo de ejercicio, murió en enero de 2014 a los 100 años de edad.

Begermann, que en 1996 adquirió notoriedad pública al interpretarse a sí mismo en la película Delitos y faltas, de Woody Allen, dice en el libro que los psiconalistas "no sólo viven su propia vida, sino también las vidas de un sinnúmero de otras personas. Creo que mi profesión es un pacto con la muerte mediante el cual estoy viviendo más de una vida".

'Sesiones mágicas'

La gira fotográfica por la intimidad de las consultas reúne a luminarias de la psiquiatría como Michael Eigen, que opta por una consulta minimalista —sillas de tijera con apariencia incómoda, un somero cuadro de una garza en la pared...— para ejercer el psiconálisis. Su despacho utilitario y adusto tiene que ver con el enfoque que aplica a sus encuentros con los pacientes: "Las sesiones pueden ser mágicas, el ambiente lo es todo, tranforma el interior y el exterior. Los sentimientos toman el mando y crean su propio mundo".

La terapeuta Jamieson Webster parece flotar apoyada en una sola pierna y estar a punto de caer sobre el diván. "Me gusta imaginar un mundo en el que podemos cambiar las escalas de medida y no basarlo todo en el cáculo, no preguntar qué podemos esperar sino de dónde procede nuestra esperanza y hacia dónde se dirige. ¿De dónde te estás cayendo?", comenta la psiquiatra en el texto declarativo que acompaña a cada fotografía de Fifty Shrinks.

Penumbra alfombrada

La monografía de Zimmerman —que se puede comprar [120 páginas, 65 dólares] a través de la web del autor o en la librería en línea Amazon— navega por ambientes que van de la penumbra alfombrada y con muebles confortables a los que el uso ha añadido dignidad de Kate Bar-Tur ("sin haberme psicoanilazado yo misma no podría hacer este trabajo"), a la frialdad tecnonólogica del despacho de Steven Lee —especializado en tratar a personas con adicciones toxicológicas—.

Además de ofrecer "pistas tentadoras" sobre los diversos enfoques terapeuticos, las fotos permiten al espectador entrar en un lugar donde sucede un "proceso muy poderoso", una cápsula que los pacientes sienten como suya y a la que no sólo desean regresar, sino que sueñan con regresar, "como los pájaros al nido o las ovejas al corral", dice la prologuista citando al filósofo francés Gaston Bachelard.

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