La jueza que investiga el caso del actor Alfons Bayard, muerto en abril en la plaza Molina de Barcelona después de ser reducido por seis mossos d'Esquadra, ha archivado la causa, según ha podido saber la agencia ACN. La magistrada considera fiables las versiones de los seis agentes que declararon como testigos y que aseguraron que actuaron siguiendo los protocolos y de manera "impecable".

Parece que el actor sufrió un brote psicótico la tarde del pasado 3 de abril y estaba molestando a los clientes del bar Bopan cuando llegaron los Mossos. Los policías lo redujeron después de que se encarara con ellos y el hombre acabó sufriendo un paro cardiorrespiratoria.

La familia del actor acusó a la policía catalana de haber inmovilizado a su hijo de forma "exageradamente violenta", sin percatarse de que era una persona con trastornos psíquicos y no un delincuente.

La mañana del 3 de abril, Bayard, que sufría brotes psicóticos desde hacía algún tiempo, fue como otros muchos días desde hacía dos años a pasear perros como voluntario de la perrera de Collserola. Cuando volvió con los animales, hacia 12.30 horas, el resto de empleados de la instalación comprobaron que sufría un brote psicótico, puesto que decía que alguien le perseguía y le quería mal, y que se quería quedar dentro del complejo.

Según un empleado de la perrera, Bayard nunca había causado ningún problema y era un hombre totalmente pacífico. Al verlo en aquel estado, llamaron al teléfono de emergencias 112, que activó una ambulancia del SEM y una patrulla de la Guardia Urbana.

Bayard, ya calmado, rehusó la asistencia médica y firmó un documento para justificarlo oficialmente. Los urbanos se quedaron con él y finalmente le convencieron para que dejara su moto en la perrera y se dejara acompañar hasta casa por la patrulla, cerca de la plaza Molina. Allí le dejaron.

Aquella tarde sufrió el segundo brote del día y molestó durante horas a algunos clientes del bar Bopan. Los Mossos fueron alertados y cuando llegaron los primeros agentes quisieron hablar con Bayard, este les dijo 'no' de forma "seca", empujó una mesa hacia un policía y quiso irse pasando por una lona transparente, sin darse cuenta de que no podía hacerlo.

Los agentes pidieron refuerzos y fue entonces cuando empezó una reducción por la fuerza que acabó con la muerte del actor. Bayard tuvo una parada cardiorrespiratoria. Cuando llegaron los técnicos del SEM ya no pudieron hacer nada para salvarle la vida, igual que una médico que pasaba por la zona, que sólo pudo certificar su muerte.

Según los seis agentes que declararon en el juzgado como testigos, sí que siguieron los protocolos y su actuación fue "impecable". Además, los agentes afirmaron que no detectaron que Bayard estuviera sufriendo un brote psicótico.

Amnistía Internacional (AI) exigió a raíz de este caso y del fallecimiento del empresario Benítez en el Raval, que se revisaran los protocolos de actuación de los Mossos d'Esquadra y que se creara un mecanismo de investigación autónomo que aclarara los hechos y las circunstancias de la muerte de dos hombres al ser reducidos.