El fotógrafo Fan Ho, 'el Cartier-Bresson asiático', revisa a los 83 años su deslumbrante obra

  • El gran maestro chino de la imagen culmina la edición de su trilogía sobre Hong Kong en las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo XX.
  • Fotógrafo desde los 14 años, Fan Ho tiene ahora 83, sigue haciendo fotos y confiando en el poder de la intuición y la luz y en la teoría del 'instante decisivo'.
  • Sus escenas callejeras de Hong Kong, romanticas y misteriosas, han influido en generaciones de cineastas, entre ellos y de manera notable en Wong Kar-wai.
Sobreimposición de fotos del maestro chino Fan Ho
Sobreimposición de fotos del maestro chino Fan Ho
© Fan Ho - Courtesy Modernbook
Sobreimposición de fotos del maestro chino Fan Ho

En el ambiente cargado por el humo de la combustión de leña y la suciedad de la contaminación, los objetos y las personas rielan tremulamente, como si el mundo estuviera en estado de vibratorio. Nada tiene contornos demasiado definidos y las imágenes están cargadas de romanticismo y misterio. El espectador está convencido de que en el devenir de los porteadores que cruzan las vías, el hombre que pasa por una estrecha zona de luz, la muchacha que parece amenazada por una diagonal de sombras o la mujer que se interna en un callejón hay una historia a la espera de ser contada o imaginada.

Tal es el poder de las fotografías de Fan Ho (Shangai-China, 1937), el justamente llamado "Cartier-Bresson asiático", un constructor de narraciones por completar, de fotos abiertas pese a estar sustentadas, como sugería el francés, por la teoría del instante decisivo, aquel momento en cuya búsqueda es necesario "retener el aliento y esperar a la que todas las facultades converjan en la cara de la realidad cambiante". Ganador de todos los grandes premios de su país, director y actor de cine, pero, sobre todo, fotógrafo de la calle, Ho ha dedicado los últimos años a la reinterpretación de su enorme obra.

'Nunca encontré un lugar como Hong Kong'

El libro A Hong Kong Memoir (Memoria de Hong Kong) es el último de una trilogía deslumbrante —los dos anteriores fueron Hong Kong Yesterday (Hong Kong ayer) y The Living Theatre (El teatro viviente)— en la que Ho ha recopilado en persona sus mejores fotos de la ciudad a la que siempre regresó cuando quiso sentirse poeta con una cámara en las manos ("nunca encontré otro lugar que quisiera fotografiar con la misma intensidad y amor"). Ahora, a los 83 años no sólo culmina la revisión, sino que se ha atrevido a crear nuevas fotos mediante el montaje y la superposición de viejos negativos.

La monografía, editada por Modernbook [128 páginas y un PVP de 65 dólares], permite comprobar hasta que punto la mirada de este autodidacta que empezó a hacer fotos a los 14 años con una Rolleiflex que le regaló su padre ha influido en varias generaciones de artistas chinos, sobre todo directores de cine —profesión que Fo también ha ejercido: aparece como director en más de 20 largometrajes— y, de una manera muy notable y directa, en la sensualidad y las penumbras de las películas del aplaudido Wong Kar-wai.

'Sandwiches' de negativos

Tras una revisión a fondo de sus archivos que inició en 2010, el fotógrafo, que aún mantiene las ganas de divertirse, empezó a sobreponer negativos que nunca antes había impreso en papel. Tras comprobar en una mesa de luz que el resultado le satisfacía, escaneaba el sandwich de clichés y digitalizaba el resultado. Estas imágenes —que acrecientan la atmósfera onírica original de las fotos— presentan multitudes de seres que parecen fantasmas, callejas con suelo de agua o juegos de perspectivas con la mareante orografía urbanística de la ciudad asiática.

Una selección de las más de cien fotografías de A Hong Kong Memoir serán expuestas entre octubre y diciembre en la Modernbook Gallery, en San Francisco (EE UU), y en el AO: Vertical Artspace, en Hong Kong.

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