El telescopio Hubble detecta la estrella más lejana jamás observada

  • Se encuentra a 9.000 millones de años luz de la Tierra y ha sido bautizada como 'Ícaro'.
La estrella Ícaro (recuadro), una imagen de 2011 que muestra que Ícaro no era visible (d-arriba), y otra de 2016 donde se señala la estrella ya visible (d-abajo).
La estrella Ícaro (recuadro), una imagen de 2011 que muestra que Ícaro no era visible (d-arriba), y otra de 2016 donde se señala la estrella ya visible (d-abajo).
P. KELLY / NASA / ESA / EFE
La estrella Ícaro (recuadro), una imagen de 2011 que muestra que Ícaro no era visible (d-arriba), y otra de 2016 donde se señala la estrella ya visible (d-abajo).

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto, gracias a observaciones del telescopio espacial Hubble, la estrella más lejana jamás observada, que apareció unos 4.400 millones de años después del Big Bang, y se encuentra a 9.000 millones de años luz de la Tierra, en una galaxia situada detrás del cúmulo de galaxias MACS J1149-2223, según un estudio publicado este lunes en la revista especializada Nature Astronomy.

El hallazgo se produjo cuando los científicos, entre los que hay investigadores españoles, estaban estudiando una supernova. En abril de 2016, los astrónomos realizaban observaciones con el telescopio Hubble de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la agencia espacial estadounidense NASA para detectar la aparición de la explosión de la supernova Refsdal, cuando "una inesperada" fuente de luz se iluminó en la misma galaxia.

El equipo, liderado por el investigador Patrick Kelly, de la Universidad de Berkeley (EE UU), nombró a la estrella Icarus (Ícaro), porque su brillo se amplió 2.000 veces por la gravedad del cúmulo de galaxias mencionado. Esta gravedad redujo el espacio-tiempo para magnificar la imagen de Ícaro, un fenómeno conocido como lente gravitacional, en el que un objeto magnifica la luz de los objetos cósmicos situados directamente detrás de ellos.

Este hallazgo es particularmente interesante porque las estrellas individuales, a diferencia de las galaxias, son difíciles de detectar debido a su tenue luz. Además, el descubrimiento de Ícaro también es importante para los investigadores que estudian la materia oscura porque su interacción con la materia tiene un efecto pronunciado en el patrón de estrellas magnificadas.

A partir del patrón de estrellas magnificadas en este estudio, el equipo científico, formado también por investigadores de la Universidad de Tokio, pudieron excluir la posibilidad de que la materia oscura esté formada principalmente por una gran cantidad de agujeros negros con masas decenas de veces más grandes que el Sol.

Una estrella azul

"A través del análisis y de la comparación de los datos captados previamente por Hubble, hemos determinado que esta nueva fuente de luz es una estrella que está situada en la misma galaxia que la supernova Refsdal", explicó José Diego, científico del Instituto de Física de Cantabria, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Cantabria.

Tanto la supernova como la luz de esta estrella estaban aumentadas, haciéndolas visibles para el telescopio espacial, informó también el CSIC en una nota de prensa, que señala asimismo que el hallazgo ha sido posible por el efecto lente gravitacional, que amplifica la luz producida en objetos muy alejados.

Los científicos concluyeron además que se trata de una estrella de tipo B o gigante, que son muy luminosas y de color azul; su superficie tiene una temperatura entre los 11.000 y 14.000 grados centígrados, es decir, son dos veces más calientes que nuestro sol.

Para Steven Rodney, de la Universidad de Carolina del Sur (EE UU), el descubrimiento permite reunir nuevos conocimientos sobre los cúmulos de galaxias y servirá, además, para estudiar las estrellas de neutrones y los agujeros negros, que de otro modo son prácticamente invisibles, y estimar cuántos de estos objetos existen dentro de los cúmulos de galaxias, algo que es una incógnita.

Las conclusiones se obtuvieron gracias a dos observaciones, consiguiéndose la segunda imagen de la estrella en octubre de 2016: "Nos sorprendió no conseguirla con anterioridad", apunta el investigador del CSIC.

"Asumimos que la luz de la segunda imagen fue desviada durante mucho tiempo por otro objeto masivo, otra estrella o quizás un agujero negro, localizado exactamente entre nosotros e Icarus, básicamente ocultándonos la imagen", explica Diego. "Solo cuando esta estrella se desplazó ligeramente respecto al objeto masivo se hizo visible de nuevo", añade.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento