La campaña cerealista 2013-2014 se cierra con un 3% más de producción respecto a la pasada, con 730.000 toneladas

La campaña cerealista 2013-2014 se ha cerrado con un 3 por ciento más de producción, con 730.000 toneladas, respecto a la pasada, que ofreció unos resultados de 708.000 toneladas, según se expuso en la jornada de cierre de campaña celebrada recientemente en Olite y organizada por el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA), empresa pública del Gobierno de Navarra.

La campaña cerealista 2013-2014 se ha cerrado con un 3 por ciento más de producción, con 730.000 toneladas, respecto a la pasada, que ofreció unos resultados de 708.000 toneladas, según se expuso en la jornada de cierre de campaña celebrada recientemente en Olite y organizada por el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA), empresa pública del Gobierno de Navarra.

Por tipos de cultivos, los que más rendimiento han dado en la campaña han sido trigo B (5.000 kg/hectárea frente a los 4.000 de la pasada), avena (cerca de 5.000 frente a 4.000), colza (3.000 frente a 2.800) y habas (cerca de 3.000 frente a 2.000).

Los cultivos que han obtenido rendimientos inferiores esta campaña han sido guisante y trigo D, según ha informado el Gobierno foral en un comunicado.

En la sesión se expuso que la meteorología de esta campaña ha sido más lluviosa de lo habitual en la baja montaña, y menos lluviosa en el resto de las zonas cerealistas, especialmente en la zona sur de Tierra Estella.

Por lo que respecta a las temperaturas, ha sido un año cálido, con una temperatura media que ha superado en 0,5 ºC a la media histórica, aunque no ha implicado que se haya recortado el ciclo de los cultivos y se haya realizado una cosecha precoz, ya que las continuas lluvias de junio y julio han retrasado el final de la recolección al mes de agosto en la zonas situadas más al norte.

Desde el punto de vista de los rendimientos de los cultivos, cabe destacar que la zona sur ha sido menos productiva que el año pasado, que fue muy bueno, pero similar a un año normal. En contraste, los trigos de los secanos frescos del norte de Navarra han tenido muy buenas producciones y las cebadas se han situado en la media habitual.

Investigación en enfermedades

En esta sesión organizada por INTIA también se mostraron los aspectos más innovadores en la experimentación de cereal aplicados en esta campaña que ahora culmina, como la actualidad de la Política Arícola Común, incidencia de las enfermedades de los cereales y panorama en secano y regadío.

En concreto, se abordó la incidencia de enfermedades como la roya amarilla. Las estrategias para controlarla y la atención que los agricultores están prestando a este problema están permitiendo que en Navarra las pérdidas ocasionadas por ella sean reducidas.

En el área de investigación en este ámbito, cabe destacar que INTIA sigue trabajando para encontrar variedades con mejor tolerancia a la enfermedad y para identificar nuevos fungicidas y estrategias de protección.

Esta campaña ha estado también marcada por la incidencia de las enfermedades de cuello y raíz, el complejo denominado 'mal de pie' o 'espigas blancas'. También INTIA está ensayado distintos tratamientos de semilla y foliares, buscando reducir en lo posible el impacto de este complejo de enfermedades.

Los mejores resultados se han conseguido en los tratamientos foliares, reduciendo en un 10-12 por ciento su impacto. Frente a estos males es fundamental prestar atención a la importancia de hacer rotaciones y evitar las resiembras de trigo tras trigo.

Respecto a enfermedades de transmisión por semilla en cebada, carbones vestido y desnudo, y helmintosporiosis, INTIA viene realizando ensayos de protección de semillas para evitar estas contaminaciones. Los resultados fueron calificados en la jornada de "muy positivos", ya que utilizando los productos adecuados se puede conseguir evitar el impacto de estas enfermedades.

Finalmente, cabe indicar en esta campaña la incidencia que ha tenido el virus del enanismo amarillo de la cebada y el trigo. En este caso son los pulgones de invierno los que se encargan de transmitir esta enfermedad, por lo que la solución está en vigilar en otoño, cuando el cereal está implantándose. También se pueden utilizar variedades tolerantes al virus.

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