La presentadora de informativos Mónica Carrillo se ha lanzado a la aventura editorial con La Luz de Candela, un libro que ha alcanzado nueve ediciones, y que le ha permitido "salir" de su "zona de confort", arriesgar y redescubrirse.

"Nunca había pensado en escribir una novela. Pero, de pronto, sentí esa necesidad impulsada por Twitter, una conexión más literaria, menos informativa. Me propuse escribir como un reto, sin saber lo que iba a salir y me ha gustado atreverme", explica la presentadora entrevistada en el programa La hora de Luján, que dirige y presenta Luján Argüelles en EfeRadio.

La luz de candela es un libro "de emociones" que versa sobre "un gran amor, un desamor y la gestión de los desgarros", y que tuvo como germen los microcuentos que la periodista difunde a través de su perfil en Twitter.

Carrillo confía en que todos los lectores puedan sentirse identificados con el argumento del libro. "Incluso de diferentes edades y, yo diría, que también sexos, aunque he tratado de poner un universo femenino y seguramente empatice más con las mujeres. Las emociones es lo que nos une a todos", apostilla.

Se confiesa una enganchada a Twitter, una mujer soñadora, idealista, pero también "pudorosa y vergonzosa", ya que "hablar a millones de personas" no le produce "la desazón" que hacerlo sobre su vida personal", indica.

Su carrera profesional está en Antena 3, donde presenta el informativo junto a Matías Prats, un puesto que jamás pensó que llegaría a alcanzar, ya que antes probó con los estudios de arquitectura y turismo.

Si tuviera que dar un consejo a los estudiantes de periodismo de ahora, sería que no tengan "un objetivo demasiado concreto" porque eso les abocará al "fracaso": "Yo nunca pensé que sería presentadora, simplemente quería trabajar de periodista, todo lo demás ha venido por añadidura. Hay que adaptarse y tratar de ser feliz en lo que haces".

En todos los años que ha trabajado en directo, el momento en que peor lo pasó fue con el accidente de tren de Santiago, porque era consciente de que muchos familiares de los accidentados estaban enterándose del suceso y recibiendo información a través del informativo.

De "querer desaparecer" fue la ocasión en que se quedó sin voz en directo y tuvo que despedirse "como un jilguero", y la vez que el informativo incluyó una noticia sobre su libro, y tuvo que pedir a su compañero que despidiera el informativo porque estaba "emocionada".