Guaguas Municipales, en Las Palmas de Gran Canaria, y la Asociación Iraitza-Tapones Solidarios colaboran en una campaña solidaria para recolectar tapas de plástico con el fin de ayudar a Nuria, una niña grancanaria que necesita un tratamiento con hormonas del crecimiento para mejorar su salud.

La familia de Nuria necesita colaboración porque la asistencia médica se puede prolongar durante años, de ahí que la empresa municipal de transporte y la organización sin ánimo de lucro firmaron en octubre de 2013 un acuerdo para oficializar la colaboración en la recolecta de tapones de plástico con fines solidarios como el caso de Nuria y de otros niños.

En este sentido, Guaguas Municipales ya prestó ayuda a Valeria y Rubén Frade, un chico con parálisis cerebral que necesitaba una nueva silla de ruedas adaptada, por ello se ha dispuesto en las terminales y en la recepción de su sede principal en El Sebadal varios depósitos contenedores donde poder almacenar los tapones, antes de enviarlos a las plantas de reciclaje y así cumplir el objetivo, según informó el Ayuntamiento en nota de prensa.

En cuanto a la Asociación Iraitza-Tapones Solidarios nació en 2012 a raíz de una campaña de recogida de tapones en favor de la niña Iraitza del Pino Rodríguez Benítez, de dos años de edad, que padece una enfermedad de las denominadas raras (déficit de biotinidasa) y una minusvalía del 90 por ciento, y que necesitaba una silla adaptada para su progreso y mejora en su calidad de vida.

Así, y tras el éxito en esta campaña, la asociación ha conseguido resolver los casos de otra decena de niños, teniendo actualmente medio centenar de casos pendientes de resolver, de ahí que Guaguas se ha ofrecido a prestarle su ayuda para la campaña de la pequeña Nuria, que necesita recolectar tapones para un tratamiento que cuesta 755 euros cada 25 días y para ello es necesario reunir 4,5 toneladas de plástico al mes, según estima la ONG.

Tras la recolecta de tapones, las empresas recicladoras son las encargadas de hacer directamente el abono de los costes a la clínica —como sería en el caso de Nuria—-, u otro centro si lo necesitara, de ahí que el dinero recaudado por la recogida de los tapas no se transfiere ni por la organización sin ánimo de lucro ni por la familia afectada.