La Junta restaura el túmulo funerario del Marqués de Villafranca del Monasterio de Anunciada en Villafranca del Bierzo

El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, ha presentado este martes la restauración del túmulo funerario del Marqués de Villafranca, en la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo, tras unas obras que han permitido mejorar la estabilidad estructural y el estado de conservación de este "relevante bien del patrimonio cultural de Castilla y León".

El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, ha presentado este martes la restauración del túmulo funerario del Marqués de Villafranca, en la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo, tras unas obras que han permitido mejorar la estabilidad estructural y el estado de conservación de este "relevante bien del patrimonio cultural de Castilla y León".

Las actuaciones sobre este túmulo, promovidas por la Consejería de Cultura y Turismo, han corrido a cargo del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León dentro de las funciones y objetivos de investigación que lleva a cabo sobre los bienes integrantes del patrimonio cultural de la Región.

Según han explicado desde la Consejería de Cultura, el estado que presentaba este túmulo derivaba de las condiciones ambientales de la cripta con una "elevada humedad relativa". La Consejería de Cultura y Turismo llevaba un seguimiento y estudio de la evolución de su estado de conservación y de humedades desde 2010, "lo que hizo necesaria la intervención de conservación y restauración en la que han participado un equipo de especialistas en piedra, madera policromada y cuestiones estructurales".

El túmulo funerario, de piedras duras sobre estructura de madera policromada, es de factura italiana y fechado entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. La pieza está realizada con la técnica de 'commesso', "especie de taracea a base de mármoles y piedras duras, de origen clásico y muy utilizada en el Renacimiento".

Este túmulo funerario alberga los restos de Pedro de Toledo y Osorio, quinto marqués de Villafranca y virrey de Nápoles en tiempos de Felipe II, y de su hija María, monja clarisa para la que fundó el Monasterio de la Anunciada en 1606 y en cuya iglesia se encuentra la cripta con los restos.

ACTUACIONES

Las actuaciones que se han llevado a cabo se iniciaron con el desmontaje y desplazamiento del tablero de piedras duras de la parte superior, cuya restauración se realizó en la propia cripta del monasterio debido a su fragilidad.

A continuación y según han relatado las mismas fuentes, se realizaron labores de regularización del terreno de base y asentamiento a la estructura del túmulo, ya que el peso de la mesa de piedras y la fractura de algunos elementos provocó basculamiento y fractura de un lateral.

"Estas operaciones se acometieron con el objetivo de estabilizar la estructura y minimizar la acción de la humedad, por lo que se formó un suelo de losas de caliza, y se creó un bastidor de madera para soportar el peso de la losa", han explicado desde el departamento que dirige Alicia García.

Asimismo se han realizado labores de restauración sobre los elementos de madera policromada del mueble del túmulo, que está sustentado por cuatro leones exentos tallados en madera sobre cuyos lomos apoyaban los cuatro ángulos de la estructura de planta rectangular, compuesta por varias piezas, molduras y elementos decorativos, también de madera, con decoración de gallones pareados y querubines.

El mueble contiene, además, un marco de madera policromada en el que discurre una inscripción con un epitafio funerario. Entre los deterioros aparecía la separación entre los distintos estratos pictóricos y la madera del soporte por la humedad de condensación, así como el ataque de insectos xilofagos, la acumulación de suciedad, y varios repintes.

En el proceso de restauración de estos elementos se han acometido labores de fijación de policromías, consolidación de las zonas de madera, limpieza, eliminación de repintes, entonado de los estucos vistos, así como barnizado y protección final.

Una vez montada de nuevo la estructura de madera se acometió la restauración del tablero de piedras duras, especialmente su enmarque perimetral, junto a la limpieza y a la reproducción con técnicas y materiales discernibles, de algunos elementos decorativos perdidos.

Además, se han reubicado todos los fragmentos pétreos desprendidos del marco y, finalmente, se han reintegrado pérdidas volumétricas puntuales, y cromáticas, mediante técnicas y pigmentos naturales.

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