Varios biólogos y técnicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) trabajan desde hace varios meses en la realización de una cartografía detallada de la distribución de diferentes comunidades vegetales marinas del Mar Menor y el entorno natural conocido como Las Encañizadas, y con la información recopilada hasta el momento, el IEO ha anunciado que la superficie y estado de conservación de estas "praderas marinas" es mucho mayor de lo que se consideraba en estudios anteriores.

Así, en el estudio se destaca el buen estado de conservación y desarrollo de la vegetación marina en Las Encañizadas, así como en otras zonas que todavía no han sido degradadas por las playas artificiales, otros tipos de obras costeras, dragados o vertidos agrícolas.

El informe, que constituye la primera cartografía de alta resolución de la vegetación sumergida del Mar Menor, está financiado por la Fundación Biodiversidad, y se centra principalmente sobre las praderas de angiospermas marinas Cymodocea nodosa y Ruppia cirrhosa, aunque también se ocupa de las extensiones colonizadas por el alga Caulerpa prolifera.

La conservación de estos hábitats marinos es "prioritaria en las Directivas Europeas" y de "crucial importancia" para el mantenimiento de la biodiversidad marina y el aprovechamiento de los recursos pesqueros del ecosistema lagunar, según ha informado el IEO.

Además, la vegetación bentónica es clave para el control de los aportes antrópicos de nutrientes en la laguna y, por tanto, de la calidad de las aguas.

El objetivo de estos trabajos desarrollados por el IEO y ANSE se basa en aportar un "mejor conocimiento" del estado de conservación del Mar Menor, de modo que las administraciones competentes dispondrán de información actualizada" esencial para la elaboración de los Planes de Gestión de la Red Natura 2000", que se encuentran pendientes de aprobación, así como para los programas de seguimiento de la Directiva Estrategias Marinas.

La nacra

Por otra parte, se está desarrollando un primer censo de distribución de nacra (Pinna nobilis), una especie considerada vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y que fue introducida en el Mar Menor recientemente.

Este bivalvo, que según explica el IEO, puede alcanzar los 75 centímetros de longitud, se agrupa "en poblaciones muy numerosas de varios cientos de ejemplares en algunos enclaves de la ribera interior, principalmente en el norte de La Manga", de modo que las densidades de algunas áreas podrían encontrarse entre las más importantes del Mediterráneo.

Durante el mes de agosto, los técnicos de ambas entidades tienen previsto finalizar los trabajos de cartografía y censo, y recopilarán imágenes sumergidas del estado de conservación de las mismas mediante video submarino.

Además, las mismas fuentes han adelantado que ANSE desarrolla durante este verano diversos trabajos de mantenimiento de las plantaciones de flora autóctona desarrolladas en diferentes lugares de la ribera del Mar Menor, principalmente en el Monte Blanco (La Manga) y los saladares de Lo Poyo,

Asimismo, trabaja paralelamente con el Ayuntamiento de San Javier y la Dirección General de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma en la conservación de los hábitat dunares "que han sobrevivido al desarrollo urbanístico de las últimas décadas", así como "recuperar una parte de los valores naturales perdidos".