Agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León han denunciado a un ciudadano en Segovia por colocar un cepo a la entrada de una finca para evitar ataques a sus palomas y gallinas.

Fueron unos senderistas los que alertaron de la presencia de un animal con las patas amputadas. Se trataba, según constataron los agentes en el lugar de los hechos, de una garduña, en cuyas proximidades se halló el cepo.

El uso de este elemento está prohibido por la Ley de 42/2007 de Patrimonio Natural y de Conservación de la Biodiversidad, según han informado a Europa Press fuentes de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León (Apamcyl).

Tras una inspección ocular, comprobar los vestigios que quedaban en la zona y realizar las oportunas investigaciones, los agentes de Segovia determinaron que el cepo estaba destinado a atrapar al animal que presuntamente estaba causando los daños en el gallinero del particular, quien finalmente reconoció que había colocado la trampa ante la desaparición de sus animales, según han señalado las mismas fuentes.

El hombre fue informado de que el uso del cepo supone una infracción a la normativa vigente y fue denunciado por la tenencia y uso de un arte prohibido de captura con la consecuencia de daños a la fauna protegida.

Los agentes, que rechazan que el individuo decidiera "tomarse la justicia por su mano", desaconsejan totalmente este tipo de prácticas, ya que además del peligro que entrañan para la fauna suponen un riesgo para las personas.

Las asociaciones nacional y regional de agentes medioambientales han recomendado a todos los ciudadanos que, en caso de sufrir algún ataque a sus animales domésticos o de granja, se pongan en contacto a través del 112 con los agentes de la Junta, que se encargarán de estudiar el caso y de proporcionar una solución legal, como capturar el animal con jaula trampa en vivo y trasladarlo a otro punto lejano al área donde se haya generado el problema.