El cambio climático podría ser la causa de mutaciones genéticas y variaciones en las costumbres migratorias de muchas aves, según la mayoría de los científicos.

Una señal de alarma de la que se hace eco hoy El País, que hace referencia al caso del herrerillo común (parus caeruleus) y el carbonero (parus major), especies que han visto modificado su peso.

Estos episodios de microevolución se han detectado en periodos inferiores a 20 años. A una gran velocidad, según señala en declaraciones al citado diario Miguel Ferrer, ex director de la Estación Biológica de Doñana y presidente del Congreso Internacional sobre Aves Migratorias y Cambio Climático que se celebró en Algeciras (Cádiz) el pasado 30 de marzo. Ferrer además asegura que "con el cambio climático está en riesgo el fenómeno de la migración animal, que puede haber desaparecido en 150 ó 200 años".

Lo que sucede es que las aves han empezado a competir por la comida y el territorio, que provoca que las de mayor tamaño tiendan a engordar y las más pequeñas a perder peso y volumen.

Empujados al mismo hábitat

Éste es el caso del herrerillo y el carbonero, dos de las especies más estudiadas en ornitología, que debido al cambio climático han visto reducidas sus necesidades de migración, por este motivo el carbonero que se suele reproducir en Escandinavia y en el norte del Reino Unido, se queda más al sur y ocupa las áreas de cría del herrerillo, y entran en competición por alimento y territorio.

En este caso el débil es el herrerillo, que está menguando progresivamente, como ha observado Jaroslaw Nowalowski, Universidad de Gdansk (Polonia) en sus 37 años de investigación.

En España también hemos presenciado la llegada de nuevas aves por el cambio climático.

Un ejemplo es el camachuelo trompetero, un ave africana que suele vivir en desiertos y que se ha expandido por nuestro país.