Cambió la tranquilidad de un puesto fijo (no político) como director gerente adjunto del Metro de Bilbao para comenzar desde cero a lidiar con vecinos, técnicos y políticos. Tiene la misión, todo un reto, de convencer a una ciudad entera para que use menos el coche.
Si fuera por usted, todos haríamos uso del transporte público...
Cada uno puede andar como quiera, pero la prioridad la tiene que tener el transporte público. Hay ciudades que están cambiando para hacerse más amables, con menos coches. Bilbao es un ejemplo.
¿Los malagueños están muy quejicas con el Metro?
Hasta el momento, no; pero creo que a muchos vecinos se los ha alimentado. Me sorprendió, cuando llegué, que aquí se hablara de tuneladoras o muros pantalla.
Tal vez por el miedo a los socavones de El Carmel...
¡Qué va! Toda esta discusión fue en noviembre, mucho antes de El Carmel.
¿Es un fracaso no haber convencido a todos para que el Metro circulara casi todo en superficie?
Sí, es un fracaso. Aunque cuando vine, muchas decisiones ya estaban tomadas. Sólo me quedaba convencer a los vecinos del Martín Carpena y a la universidad.
Y sólo ha logrado convencer a la universidad...
Sí, y es un gran error que el 85% circule bajo tierra en una ciudad con tan buen clima.
¿Sabe que los comerciantes de Carretera de Cádiz esperan alguna indemnización por tantos meses de obras?
En principio, no hay intención de indemnizar. Ahora, todo el mundo ve inconvenientes y lo pasaremos mal con las obras. Pero en febrero de 2009 notaremos mucho los cambios. Lo cierto es que el Metro es una oportunidad, pero también una amenaza.
¿Por qué lo dice?
Porque exigirá que muchos negocios se adapten a su llegada. Quien esté preparado para ese momento crecerá; quien no se hundirá. El vecino que ahora compra en su barrio va a tardar ocho minutos en llegar al centro.
Antes de venir, ¿sabía que la Junta y el Ayuntamiento se llevaban tan mal?
Estaba informado de que tenían discrepancias...
¿El alcalde tiene alguna opción de hacer realidad el intercambiador de La Marina?
Yo de eso no hablo (risas).
BIO
Enrique Urkijo dejó su puesto como funcionario en Bilbao para comenzar desde cero en Málaga. Es licenciado en derecho, aunque sólo ejerció cuatro años.
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