Una dama repasa su vida de contrastes en su viaje de la España mísera de los años 60 hasta el deslumbrante mundo artístico y musical de EE.UU., punto de partida de En busca de la mujer fantasma, una novela "grotesca, loca y surrealista", explica su autor, Miguel Ángel Garcimartín.

Curtido en la poesía desde la juventud, debuta ahora en la novela con esta historia sobre una gran dama de la sociedad española, bella, rica, poderosa y sobre todo amante y benefactora del arte gracias a su marido, que bien puede recordar a otras instaladas en el imaginario colectivo, desde la baronesa Thyssen a Sara Montiel.

Garcimartín (Madrid, 1965) señala que, en efecto, hay trazos de estas personalidades en la novela que narra la vida de Piti de la Borgolla, "porque todos hemos vivido un poco con ellas, y sabemos de su vida, aunque no leamos el papel couché", explica el autor.

Pero sobre todo, el novelista plantea su debut como "un homenaje a la mujer", que ha trufado con momentos históricos como la muerte de Martin Luther King o la época del destape de los años 80 en España.

Porque hay más mujeres en esta novela, como las tías y la madre de la protagonista, ejemplos de que en aquellos tiempos "también había féminas que vivieron su vida con total libertad, que se acostaron con quien quisieron y que consiguieron lo que querían, entre otras cosas, tocar el poder a través de sus hombres", apunta Garcimartín.

Así, la bella Piti de la Borgolla nace en Córdoba y aprende cómo sacar partido a sus relaciones sentimentales en el barcelonés barrio del Raval, en su "esperpéntico y grosero" ambiente de los años 60, para después convertirse en The Spanish Tiger por su sensualidad sobre las tablas durante una gira por EE.UU. en la que apura todas las sensaciones de la fama, el sexo y las drogas.

El autor madrileño señala que escribe desde el punto de vista de una mujer -en su próxima novela también lo hará- porque "se le puede sacar mucho más partido, sobre todo al poder que tiene para dominar los hilos del mundo cuando se lo proponen".

A la hora de concebir esta novela "grotesca, loca y surrealista", Garcimartín se confiesa deudor de la influencia de autores como el estadounidense John Kennedy Toole, el autor de La conjura de los necios, y también de Valle Inclán, dos de sus autores preferidos.

Aunque se suele comentar que en toda primera novela hay bastantes trazos autobiográficos, el autor de En busca de la mujer fantasma reconoce que no ha visitado casi ningún escenarios de su obra: "Me da mucha pereza viajar, tengo mejor capacidad para imaginar".

Si ha viajado desde la poesía, con la que se inició a los 16 años, hasta la novela, a la que prefiere como "mejor medio de reflexión, más directo", concluye.