Con este proyecto se espera salvar una parte de ese mar, que en su día fue el cuarto lago más grande del mundo.

La desertización del lago comenzó en los años 70, cuando el Gobierno soviético desvío el cauce de dos de los principales ríos que desembocaban en el Aral para regar las plantaciones de algodón de Uzbekistán y Kazajistán.

El mar empezó a disminuir de tamaño, cambiando el clima, destruyendo la economía y el ecosistema, erradicando especies y obligando a miles de personas a abandonar esa área, como asegura la BBC.

A mediados de los 90 ya solo quedaba un cuarto del lago original, pero un primer préstamo de 68 millones de dólares del Banco Mundial permitió al Gobierno de Kazijistán construir una presa que partió el antiguo lago en dos.

La zona sur siguió menguando, pero en la norte, la controlada por Kazijistán, se recuperó el caudal original hasta en un 40 %.

Con el nuevo préstamo, de 126 millones de dólares, el gobierno kazajo quiere construir una nueva presa con la que llevar el agua al puerto hoy desértico de Heralsk y devolver al Mar de Aral parte de su esplendor original.