Un bebé de poco más de un mes llegó ayer sin vida al centro de salud de Órgiva. Los padres del pequeño lo llevaron al ambulatorio, pero los médicos no pudieron hacer nada, ya que ingresó cadáver. Al parecer, el menor presentaba síntomas de abandono y pertenecía a la comuna hippie que desde el pasado 17 de marzo está asentada en la localidad tras la celebración de la Fiesta del Dragón.
Otro pequeño, de 18 meses, falleció el sábado en las cercanías de este asentamiento cuando la caravana en la que dormía se incendió.
En el suceso también murió su madre, de 40 años, y resultó herida otra mujer, de 28 años, que sigue ingresada en el hospital Virgen del Rocío (Sevilla) en estado grave.
Según la Guardia Civil, encargada de investigar los hechos, en principio, la única relación existente entre estos dos sucesos es que ambos se han producido en el mismo paraje, donde existe un asentamiento hippie permanente, que ocupa un valle situado entre Órgiva y Cáñar.
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