San Esteban, la hermandad ‘valiente’ del Martes Santo

Los Javieres, Los Estudiantes y San Benito no salieron. El Cerro, Santa Cruz, El Dulce Nombre y La Candelaria se empaparon.
El de ayer fue un Martes Santo cortado por la mitad. De las ocho hermandades sólo salieron cuatro por culpa de la lluvia, intermitente.Como ya sucediera otros años, a la hermandad del Cerro le tocó sufrir. Las lágrimas de sus nazarenos se unían a los goterones de lluvia cuando el primer chaparrón descargaba sobre las imágenes de su hermandad antes de las 14 h, cuando ésta sólo había avanzado 500 m. La tromba obligó al Cerro a volver sobre sus pasos hacia su templo.

El riesgo de lluvia del 75% hizo quedarse en sus iglesias a Los Javieres, Los Estudiantes y San Benito, que no se arriesgaron. «Un Martes sin el Cristo de la Buena Muerte es un día muy triste», se lamentaba un ciudadano en la calle, atento a la radio. La única oportunidad que hubo para ver esta talla fue durante el corto traslado que hizo del Rectorado a su capilla.

Durante varias horas, la única hermandad en la calle fue San Esteban que, a las 15.30 h, salió  desafiando la amenaza de lluvia. Su entrada en  Campana se recibió con emotivos aplausos. Fueron varias las chicotás que sus capataces dedicaron a las cuatro corporaciones que no pudieron llegar a la Catedral.

Al caer la noche (21 h) sorprendió el segundo chaparrón. Cogió de lleno al Cristo de la Candelaria en Campana que se refugió en la Anunciación. La lluvia empapó a miles de nazarenos de San Esteban y Santa Cruz, que acababa de salir y corrió a  la Catedral. El Dulce Nombre lo intentó pero, a pocos pasos, decidió regresar al templo.

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