Los siete trabajadores despedidos de Cartuja 93, sociedad gestora del PCT Cartuja, han mostrado este jueves su "sorpresa, justificada indignación y rechazo" a una decisión que les "expulsa del mercado laboral" y "el maltrato" recibido desde "el mismo momento en que se les fue comunicado" el despido.

Así lo destacan en una carta remitida al consejo de administración de la empresa, a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; al consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Sánchez Maldonado; al Círculo de Empresarios y la Entidad de Conservación, a la que tuvo acceso Europa Press.

En la misma apuntan que los despidos han provocado "una muy desagradable sorpresa" porque "la cuerda ha vuelto a romperse por su flanco más débil", por la política de "ocultismo" de la máxima responsable de la empresa, que "se ha negado a ofrecer explicaciones sobre las razones" del mismo; por las condiciones "inaceptables del despido" y por el "maltrato" recibido por parte de la directora general, Teresa Sáez, desde "el mismo momento en que les fue comunicado el despido".

Los siete trabajadores cuestionan si "no se podía haber estudiado otra fórmula sustitutiva de los despidos, como reducción de tareas, horarios y salarios o recolocación en otras empresas" y han recordado que la Cartuja es ejemplo para el resto de las comunidades autónomas y los países que han organizado exposiciones en la transformación de los terrenos y activos de la Expo'92.

"Resulta incomprensible que la directora general haya impedido cualquier tipo de negociación y se haya negado a dar explicaciones sobre las motivaciones que le han llevado a elaborar una lista de trabajadores y no otra, lo que induce a pensar que las razones personal han pesado más que las de estrategia empresarial ante la crisis", subrayan.

Respecto a las condiciones del despido, los trabajadores señalan que Cartuja ha decidido establecer una indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo de doce meses, "como marca la ley que los partidos políticos a los que pertenecen la inmensa mayoría de los consejeros han rechazado abiertamente".

Por último, critican que hayan sido "vigilados" y "escoltados" hasta su puesto de trabajo cuando recogieran sus pertenencias por decisión de la directora general, así como "ordenó el inmediato bloqueo de los ordenadores y cuentas de correos y procedió al cambio de cerraduras de los despachos".