Madrid corre a los brazos de un renovado y más intimista Eels

  • La banda llenó el Circo Price en uno de los conciertos de Los Veranos de la Villa.
  • El público se levanto dos veces para ovacionar al grupo.
  • El confesional 'The cautionary tales of Mark Oliver Everett', undécimo disco de estudio del grupo, ha marcado el tono y la mayoría del repertorio.
El vocalista de Eels durante un concierto.
El vocalista de Eels durante un concierto.
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El vocalista de Eels durante un concierto.

Por dos veces se ha puesto en pie el público de Madrid para ovacionar el buen hacer de Eels en su concierto de esta noche en la ciudad, además de correr literalmente a abrazarse con su carismático líder, Mr. E, por su derroche de delicadeza, buen rollo y swing.

Quién diría que lo visto el lunes por la noche con todo el aforo lleno del Teatro Circo Price formaba parte de la programación de Los Veranos de la Villa. Es lo que tiene la buena música, que es capaz de importar un pedazo del espíritu templadito de la Navidad y que no parezca desubicado en el comienzo de la canícula estival. Este lunes en el Price se estaba más cerca del fin de año.

Quizás fuera el recinto cubierto o los trajes impolutos de los músicos; igual eran las campanas tubulares o el candor del xilófono en su versión del 'When you wish upon a star' de Leigh Harline al inicio.

Puede que algún papel jugaran las hipnóticas cortinas de luces y el buen humor imperante en la sala -difícil borrarse la sonrisa a la salida del espectáculo-.

Pero, sobre todo, en ese viaje adelante en el tiempo ha influido la temática y el estilo, más confesional e intimista que las anteriores visitas de la banda estadounidense, por ejemplo las más roqueras llevadas a cabo en abril del año pasado en La Riviera o en el festival Dcode de 2011.

El confesional 'The cautionary tales of Mark Oliver Everett', undécimo disco de estudio del grupo, ha marcado el tono y la mayoría del repertorio, seguido del tercero, 'Daisies of the galaxy', otro álbum para atmósferas recogidas, ideal para esta velada con apuntes de crooner, como en 'Gentlemen's choice'.

"Esta vez es todo un poco diferente, no es rock y ni siquiera soft-rock", bromeaba Mr. E sobre su actual propuesta en directo, que califica con mucha sorna de 'easy-listening', a lo que habría que añadir que, además de hacer cómoda la escucha, su música estimula igual de fácilmente el lagrimal.

En un momento dado, pregunta el propio Mark Oliver Everett, alias Mr. E, qué les está pareciendo la cita a aquellos que asistieron a sus anteriores shows.

"¡Incluso mejor!", grita una persona, exorcizando esa palabra que el prolífico y anteriormente desventurado músico, compositor, cantante y escritor repetía una y otra vez: "Ahí va una auténtica pifia", anunciaba, "pero una bella pifia".

El sonido exquisito del Price

Durante hora y media, Eels -cada vez más banda, con la primera formación estable en muchos años- han acunado los oídos de los madrileños con canciones delicadas y exquisitas, aupadas por el sonido limpísimo del Price.

Qué pena haber perdido el frescor del raso en parte de estos Veranos de La Villa, pero qué bien haberse llevado los conciertos al recinto que mejor suena de toda la capital, con su estructura circular -que también abraza- y que hoy permitía distinguir esa inmensa variedad instrumental que portan los cinco músicos: aquí una steel-guitar, allí una melódica, ahí la trompeta y el piano...

Si hasta cuando falla un micrófono es posible escuchar el contrabajo.

Mr. E, con la barba más corta, las gafas redondas y ese aire al mismo tiempo tímido y socarrón, con pelos de científico loco -no olvidar que su padre fue el inventor de la Teoría de los Universos Paralelos- deja claro dónde está, de dónde viene y a dónde va.

Qué bien verle "superar los errores del pasado" en 'Mistakes of the youth', levantarse, tomarse un café en 'Where I'm from' con los 'tres fantasmas' de su pasado -recordar que en poco tiempo perdió a su padre, a su madre y a su hermana- y contagiar a la platea sus ganas de mirar hacia adelante en 'Where I'm going'.

Entre medias, se disfrutan los pasajes más álgidos de 'A line in the dirt', el piano de 'It's a motherfucker', el segmento más vivo compuesto por las alegres 'Fresh feeling', 'I like birds' y 'My beloved monster', el romanticismo de 'I like the way this is going' y su fantástica y particularísima versión de 'Can't help falling in love' de Elvis Presley. A nuestros brazos, Mr. E.

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