El acusado de quedarse con toneladas de aceituna dice que el dueño estaba delante cuando se pesaban

El hombre, identificado como J.S.B., al que la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén tenía previsto juzgar este lunes como supuesto autor de un delito de apropiación indebida que habría cometido al quedarse con más de 97.000 kilogramos de aceituna entre las campañas de 2006 y 2010, ha negado los hechos y ha afirmado que el empresario para el que trabajaba "siempre estaba delante" cuando se pesaba el material recolectado.

El hombre, identificado como J.S.B., al que la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén tenía previsto juzgar este lunes como supuesto autor de un delito de apropiación indebida que habría cometido al quedarse con más de 97.000 kilogramos de aceituna entre las campañas de 2006 y 2010, ha negado los hechos y ha afirmado que el empresario para el que trabajaba "siempre estaba delante" cuando se pesaba el material recolectado.

Así lo ha manifestado en la declaración que ha prestado este lunes al inicio de este juicio, que ha quedado ya visto para sentencia después de que tanto la Fiscalía como la acusación particular y la defensa hayan elevado a definitivas sus conclusiones provisionales.

En su declaración, el encartado ha explicado que entre las tareas que tenía encomendadas en las campañas de 2006 a 2010 figuraban la de recolectar la aceituna, tras lo cual se transportaba la cantidad de olivas recogidas a la cooperativa para que se realizara su pesaje, y el empresario "siempre estaba delante" cuando se llevaba a cabo ese trámite, según ha enfatizado.

También ha defendido que "jamás" se mezclaba la aceituna recogida en los terrenos del propietario al que supuestamente habría defraudado con la de otras personas, de modo que se entregaba "siempre sola", por separado, al tiempo que ha justificado el hecho de que las cosechas que se comenzaron a recolectar tras la muerte del empresario, "en mayo de 2010", por parte de la sobrina de éste fueran superiores a las que se solían recoger en sus años de trabajo como administrador.

En concreto, la Fiscalía le ha hecho notar que la sobrina del empresario —que ejerce la acusación particular en este caso— empezó a recolectar el primer año tras la muerte de aquel unos 72.000 kilogramos de aceituna, cifra superior a la que, de media, se conseguían cuando él trabajaba, que "no llegaban nunca a los 60.000 kilos".

El acusado ha atribuido esa diferencia a cuestiones como el tiempo —la existencia o no de lluvias—, que favorecía mejores o peores cosechas, y al hecho de que, una vez que la sobrina se hizo cargo de la recolección, ésta se extendió también a unos olivos que el propietario fallecido dejaba sin explotar porque "no quería que se le dieran palos", en palabras del encartado, que se "llevaba bien" con el empresario, quien "nunca se quejó de que la recolección fuera menor de la esperada".

Fuentes del caso han indicado a Europa Press que, a la finalización del juicio, las distintas partes han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales. El Ministerio Fiscal pide, en concreto, una pena de tres años y seis meses de prisión para el encartado, al considerarlo autor de un delito de apropiación indebida que habría cometido entre 2006 y 2010 "en el momento de descargar el fruto", cuando "distraía la totalidad o parte" de lo recolectado al propietario, poniendo esa aceituna a su propio nombre o al de "su esposa, cuñados u otros familiares".

Por su parte, la acusación particular pide una condena de cuatro años de cárcel para el procesado, mientras que, por el contrario, la defensa solicita su libre absolución al entender que "no están acreditados" los hechos de los que se le acusa y que no hay ilícito penal que pueda atribuírsele.

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