El Gobierno polaco superó el voto de confianza al que se sometió en el Parlamento nacional a iniciativa del primer ministro, Donald Tusk, quien quería así refrendar el apoyo al Ejecutivo tras el escándalo provocado por las grabaciones secretas a ministros de su gabinete.

El Ejecutivo de Donald Tusk, con mayoría parlamentaria gracias a la coalición que reúne a la formación gubernamental Plataforma Ciudadana y al Partido Campesino, recibió el apoyo de 237 diputados, mientras que 203 votaron en contra.

El jefe del Gobierno polaco había pedido que se llevara a cabo esta votación "lo antes posible" ya que, argumentó, el Gobierno necesita contar con el "apoyo claro" del Parlamento para afrontar las futuras negociaciones con la Unión Europea sobre seguridad energética.

El principal partido de la oposición, la formación nacionalista-conservadora Ley y Justicia, de Jaroslaw Kaczynski, había pedido la dimisión de Donald Tusk. La grabación y posterior filtración en el semanario Wprost de conversaciones privadas de varios ministros dio lugar a la mayor crisis política que afronta el partido de Tusk en sus siete años en el Gobierno polaco.

La última grabación hecha pública recoge una presunta charla entre el titular de Exteriores, Radoslaw Sikorski, y el exministro de Hacienda Jacek Rostowski, en la que Sikorski habría dicho que la alianza entre Polonia y los Estados Unidos no tiene ningún valor e "incluso es perjudicial, ya que crea una falsa sensación de seguridad". Antes de la grabación al ministro de Exteriores, el semanario había difundido otra conversación entre el responsable del Banco Central de Polonia y el titular de Interior en la que ambos discutían cómo el banco podría ayudar al partido gubernamental para ganar la reelección en 2015.

En su intervención en el Parlamento, Tusk alertó de que estas grabaciones "pueden poner en riesgo la estabilidad del Estado polaco". El primer ministro señaló que las filtraciones deben verse "en el contexto del conflicto entre las industrias del gas y del carbón", y en relación con la situación que vive la vecina Ucrania.

La crisis política ha hecho mella en los apoyos al partido de Donald Tusk, que según una encuesta hecha pública por el instituto TNS pasa a ser segunda fuerza política en Polonia por detrás de la que hasta ahora era el principal partido de la oposición, Ley y Justicia.

Mientras, la fiscalía polaca que investiga el origen de estas grabaciones anunciaba que ha presentado cargos contra dos personas arrestadas por su relación las grabaciones, un conocido empresario y el propietario del restaurante donde se habrían grabado al menos una de las conversaciones.