Un juzgado de la capital catalana ha admitido a trámite la querella que el Ayuntamiento de Barcelona presentó en marzo por apropiación indebida contra las cuatro hijas del industrial Julio Muñoz Ramonet para recuperar la extensa colección de obras de arte que en su testamento legó al consistorio, parte de la cual fue presuntamente sustraída, según han informado fuentes municipales.

Tras la muerte de Muñoz Ramonet en 1991, el testamento fue impugnado por sus hijas y, a causa de un largo proceso judicial, no fue hasta julio de 2013 que el Ayuntamiento logró tomar posesión del legado y descubrió que faltaban algunas obras, según su versión. Por eso, elaboró un inventario de 853 obras y objetos artísticos que no han aparecido.

Muñoz Ramonet legó al Ayuntamiento dos grandes palacetes situados en los números 282-288 de la calle Muntaner y en el 26-28 de la calle Avenir, y también todo su contenido, donde había obras de arte con un gran valor artístico, como pinturas de El Greco, Marià Fortuny, Francisco de Goya.

Según el Ayuntamiento, de estos palacetes faltan 853 piezas —incluyendo esculturas, piezas arqueológicas de vidrio, miniaturas, dibujos, pinturas, objetos de plata, instrumentos musicales y piezas de indumentaria masculinas—.

Entre ellas, destacan pinturas góticas de Lluís Borrassà y Gonçal Peris; del siglo XVI, hay obras de Sánchez Coello, Pantoja de la Cruz y El Greco; del siglo XVII, de Ribera y Luca Giordano; del siglo XVIII, de Francisco de Goya, y del siglo XIX, de Joaquín Sorolla y Marià Fortuny.

El juez tomará declaración a varios testigos, personas que trabajaron en los palacetes y que pueden saber cómo y cuándo salieron las obras de los edificios. Tras escucharles, el magistrado decidirá cuándo interroga a las hijas del industrial y en qué condición.

Por otra parte, las hijas del industrial también iniciaron acciones civiles y penales contra el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Ciurana, en relación al legado artístico de su padre que aseguran no haber robado.

Así lo decidieron por el "irreparable y gravísimo prejuicio personal y profesional" que, según ellos, cometió el edil, cuando convocó una rueda de prensa para presentar la querella contra ellas con tal de recuperar la colección de obras de arte que en su testamento legó al Ayuntamiento.