Para hacer más visible su demanda, una decena de miembros de la organización ascendieron a la cumbre de la chimenea y después se descolgaron. Antes, pintaron el lema Stop CO2 y colocaron una pancarta en el balconcillo de la chimenea. Los activistas decidieron pasar la noche en lo alto de la chimenea ante la falta de compromiso de Iberdrola, la propietaria.