Se pasó meses escogiendo los boleros de su disco.
Son boleros feeling, surgidos en Cuba en los años cuarenta y cincuenta bajo la influencia del jazz. Con esta selección, trazo una historia sentimental a lo largo de todos los estadios del amor: el enamoramiento, la ruptura y el volver a enamorarse...
Gracias a este trabajo pisó Nueva York por vez primera.
Fue una novedad tanto la ciudad como las músicas, no habituales para mí. Hubo muy poco ego en la grabación. Todos estábamos volcados en el trabajo.
En su disco, tras la ruptura viene el amor...
¡Es que una visión positiva la quiero para el amor y para mi vida! Los rencores y las desdichas los quito de mi vida. Me quedo con el alma libre dispuesta a recibir lo que venga para crecer.
Raúl, su hijo, la acompaña en este proyecto.
Hizo conmigo la primera maqueta, es con quien mejor me entiendo. Necesito tenerlo al lado porque me conoce muy bien para llevar el bolero feeling a nuestro aire.
Últimamente se quita las gafas por petición popular.
No me las voy a quitar definitivamente, pero quiero darle ese gusto a mi público.
¿A quién le pondría una peineta de las suyas?
A alguien a quien admire, a gente anónima que lucha por la tolerancia. Sería una peineta lúdica y majestuosa.
Tras esta gira ¿con qué músicas se va a volcar?
Me motiva la música popular sudamericana, traerla al flamenco... Colaboraré con la mexicana Lila Downs.
* Auditori. Lepant, 150. (22 h). 25 euros.
Bio: Isabel Quiñones (Huelva, 1954) inició su carrera musical en los 80 con Jarcha y Kiko Veneno. Reinterpreta la copla con peineta punk.
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