Felipe VI ya es el nuevo rey de una España convulsa

El rey Juan Carlos abraza al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, tras sancionar la ley orgánica que hace efectiva su abdicación.
El rey Juan Carlos abraza al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, tras sancionar la ley orgánica que hace efectiva su abdicación.
Kiko Huesca / EFE
El rey Juan Carlos abraza al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, tras sancionar la ley orgánica que hace efectiva su abdicación.

España ya tiene un nuevo jefe de Estado. Una vez firmada por el monarca saliente, este jueves a las 00.01 la ley de abdicación ha sido publicada en la versión digital del BOE, lo que supone su entrada en vigor y el nombramiento de don Felipe como nuevo rey. Solo han pasado diecisiete días desde que se conoció que don Juan Carlos había decidido ceder el trono en favor de su hijo. Se abrió entonces un proceso de sucesión que ha intentado acelerarse lo máximo posible y durante el que se ha puesto de actualidad el debate acerca de si es necesaria o no la celebración de un referéndum para elegir entre monarquía y república. Felipe VI hereda un país convulso y afronta un reinado con importantes retos.

Cuando el 2 de junio el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, primero, y el propio don Juan Carlos después, dieron la noticia se barajó que el príncipe no pasaría a ocupar el lugar de su padre hasta finales de junio o principios de julio. Los tiempos sin embargo se han acortado y se ha logrado que el nuevo monarca pueda ser proclamado en el Congreso en la mañana de este 19 de junio. Previamente ha sido necesario que su progenitor llevase a cabo el que ha sido su último acto oficial como máximo representante del país: la sanción de la ley que recoge su propia renuncia.

La firma tuvo lugar este miércoles por la tarde en el Palacio Real de Madrid, ante unos 150 invitados institucionales. Un acto de 2o minutos, sin discursos, pero en el que, tras la rúbrica y después de besar a doña Sofía, don Juan Carlos abrazó emocionado a don Felipe entre los aplausos de los asistentes. Tuvo además el gesto de cederle su sitio en la presidencia de la ceremonia, como símbolo del traspaso en la Corona. En esta despedida, el rey estuvo arropado también por doña Letizia, su hija Elena, sus hermanas y sus nietas Leonor y Sofía. La anécdota se produjo cuando las pequeñas acudieron a darle un beso. El monarca perdió el equilibrio al acercarse la mayor y cayó sentado sobre la silla que tenía justo detrás.

El debate entre monarquía y república

A esa ceremonia, a la que estaban invitados los representantes de los grupos parlamentarios, declinaron asistir los miembros de las formaciones que reclaman un referéndum. El debate entre monarquía y república no es nuevo pero sí ha cogido fuerza en los últimos tiempos, tras algunos de los acontecimientos ocurridos, y Felipe VI va a tener que convivir con él. Los partidos republicanos, así como miles de ciudadanos a través de manifestaciones en las calles, han aprovechado el anuncio del relevo generacional para exigir que se consulte a los españoles si quieren que sea él el nuevo jefe de Estado o si prefieren un cambio de modelo.

Don Juan Carlos deja el trono en las horas más bajas que ha vivido la casa real en sus 39 años de reinado. A finales de 2011, su yerno, Iñaki Urdangarin, era imputado por malversación de fondos públicos, falsedad documental, fraude y delitos fiscales por sus negocios en el Instituto Nóos. El golpe más duro llegó no obstante en abril del año pasado, cuando el juez José Castro decidió imputar en el caso a la infanta Cristina. Un mes después, la Audiencia Provincial de Palma dejaba sin efecto esa decisión, pero el instructor volvió a imputarla el pasado enero y en esta ocasión sí, tuvo que acudir a declarar. El 8 de febrero por primera vez se vio a un miembro de la casa real española declarando en un juzgado y como imputado.

Todo este asunto ha provocado que la infanta esté apartada de la agenda oficial de la familia real desde hace más de dos años y medio. No se la vio en el último acto de su padre como jefe de Estado y no se la verá en el primero de su hermano como rey.

Otro de los sucesos que ha perjudicado la imagen de la Corona fue el accidente que el monarca tuvo mientras, en plena crisis, cazaba elefantes en Botsuana. Se rompió la cadera, tuvo que ser operado y al salir del hospital hizo algo sin precedentes: disculparse. En el recuerdo quedan las palabras que utilizó: "Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir".

Con escándalos como estos, la valoración que los españoles tienen sobre la monarquía ha empeorado. En 2011 los ciudadanos le daban el primer suspenso, según el Barómetro del CIS, y desde entonces, no ha logrado volver al aprobado.

Crisis económica e institucional

Mejorar esa imagen será por tanto uno de los retos del nuevo rey. Pero no sólo la monarquía está atravesando momentos difíciles. También deberá hacer frente a una crisis social, económica e institucional a nivel general. La respuesta a la profunda crisis económica que atraviesa el país, con recortes en los servicios sociales y la merma en derechos, y asuntos como los numerosos casos de corrupción política que se conocen están llevando a los ciudadanos a alejarse cada vez más de las instituciones y de los políticos.

Las encuestas les sitúan como uno de los principales preocupaciones del país. La política se percibe como algo deshonroso e ineficiente a la hora de resolver los problemas de los ciudadanos. El bipartidismo, los de siempre, se debilitan cada vez más y ganan fuerza partidos recién surgidos, caras nuevas, en los que muchos confían para que se produzca una regeneración.

La unidad de PP y PSOE

Pero si bien el bipartidismo cae, PP y PSOE siguen siendo las fuerzas mayoritarias y pese a las peticiones realizadas, ambas han rechazado celebrar el citado referéndum sobre el modelo de Estado. El líder de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha hablado de "fidelidad al acuerdo constitucional". "Los socialistas seguimos sin ocultar nuestra referencia republicana pero nos seguimos sintiendo compatibles con la monarquía parlamentaria", apuntó durante su intervención en el Congreso el día que los diputados votaron la ley de abdicación. Posteriormente añadió que si en algún momento el PSOE estimase que es necesario revisar el consenso constitucional "lo hará a través de los cauces pactados".

La ley salió del hemiciclo con el apoyo del 85% de la Cámara baja, refrendo que este miércoles en el Senado supero el 90%. Además de populares y socialistas se posicionaron a favor UPyD, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias. Los nacionalistas de CiU, PNV y Coalición Canaria se abstuvieron y la Izquierda Plural, ERC, el BNG, Compromís, Geroa Bai y Nueva Canarias la rechazaron. Los siete representantes de Amaiur, que sí participaron en el debate, se ausentaron del hemiciclo antes de que comenzase la votación.

Estos partidos prorreferéndum no estuvieron presentes en la sanción y promulgación y tampoco lo estarán en la proclamación. Desde Izquierda Plural, Cayo Lara ha lamentado que se siga negando "el derecho a la igualdad" porque "el único heredero es el pueblo" y, por tanto, la legitimidad, ha subrayado, se gana en las urnas. Amaiur por su parte ha argumentado que no desea "legitimar" el acto.

El debate territorial

CiU y PNV sí estarán representados en el Congreso al más alto nivel. A la ceremonia asistirán, junto al resto de presidentes autonómicos, el de Cataluña, Artur Mas, y el del País Vasco, Iñigo Urkullu. Mas ha asegurado que acude "por respeto institucional". En línea similar, Urkullu ha enmarcado su presencia en sus "responsabilidades" como lehendakari, y ha explicado que si se tratase de una decisión "personal", probablemente actuaría de una forma distinta. Urkullu ha advertido además que va desde una posición "crítica y constructiva", y con el objetivo de "significar la necesidad de un nuevo modelo de Estado".

La cuestión territorial será precisamente otro de los retos a los que se enfrente Felipe VI. La Generalitat ha propuesto una consulta soberanista para el próxim0 9 de noviembre y en las últimas elecciones europeas, Esquerra Republicana, abiertamente independentista, fue la primera fuerza más votada en Cataluña. El Gobierno vasco no ha llegado tan lejos pero también ha anunciado sus pretensiones de avanzar en el autogobierno. En una reciente reunión entre Mas y Urkullu, ambos coincidieron en criticar la "recentralización" que en su opinión está "imponiendo" el Ejecutivo de Rajoy.

Como ya lo hizo su padre, el nuevo rey genera expectativas e incógnitas sobre cómo afrontará estos y otros asuntos que tendrá sobre la mesa y los cambios que está experimentando la sociedad española. Cuando don Juan Carlos llegó al trono en 1975 su reto no fue menor: debía sacar al país de la dictadura y consolidar la democracia. Este jueves, Felipe VI dará su primer discurso como rey y se confía en que en él marque cuáles serán las líneas que tiene previsto seguir durante este reinado que ahora comienza.

Se espera algún gesto trascendente por su parte y expertos y políticos coinciden en que debería impulsar una reforma de la Constitución, lo que podría suponer una regeneración de la monarquía, haciéndola más actual y más abierta.

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