Un desnudo femenino con la cabeza ocupada por abejas que pueden atacar al espectador

  • La obra del francés Pierre Huyghe, que se expone en Londres, sólo se puede ver en grupos de 20 personas y a siete metros de distancia.
  • Es parte de la exposición colectiva de escultura contemporánea "El factor humano", dedicada a las nuevas formas de representación de la figura corporal.
  • La muestra quiere demostrar que la escultura moderna es "fresca y vital" gracias a nuevas técnicas y a los enfoques que desentrañan los "enigmas" del presente.
La escultura de Huygue sólo se puede ver a siete metros de distancia por el peligro de que las abejas del panal piquen a los espectadores
La escultura de Huygue sólo se puede ver a siete metros de distancia por el peligro de que las abejas del panal piquen a los espectadores
© Pierre Huyghe
La escultura de Huygue sólo se puede ver a siete metros de distancia por el peligro de que las abejas del panal piquen a los espectadores

Para Picasso la escultura era el "arte de la inteligencia"; para Rodin, el "arte del vacío y la masa"; para Miguel Ángel, el patrón que justificaba una pintura ("un buen cuadro es aquel que parece una escultura")... Aunque nunca ha tenido el empuje y la pegada del arte bidimensional, la escultura fue una necesidad humana desde el paleolítico y, entre los creadores, ha sido considerada como la más esencial de las formas del arte, al eliminar todo lo superfluo para intentar transmitir en tres dimensiones la esencia de una idea o visión.

La exposición The Human Factor: the Figure in Contemporary Sculpture (El factor humano: la figura en la escultura contemporánea) es una de las colectivas más ambiciosas montadas en los últimos años para intentar demostrar que los artistas de hoy siguen interesados en ampliar los horizontes de la disciplina, aunque haciéndola más teatral. Organizada con ánimo polémico y ganas de dar que hablar por la Hayward Gallery, el espacio de exposiciones del Southbank Center de Londres, la muestra, "fresca y vital" según los promotores, estará abierta al público hasta el 7 de septiembre.

Impacto visual

Para mostrar "cómo se representa lo humano en la escultura actual", es decir, de qué modo y con cuáles intenciones regresan los artistas contemporáneos al cuerpo, el tema más frecuentado de la historia del arte, los galeristas han optado por el impacto visual,  el choque ideológico y la mutación. Los trabajos seleccionados para la exposición muestran desde un desnudo femenino yacente con un panal de abejas vivas en la cabeza hasta cuerpos eviscerados.

Con una selección de varias obras de cada uno de los venticinco artistas elegidos —entre ellos algunos con categoría de eminencias del pop y cotización millonaria como Jeff Koons y Paul McCarthy—, la colectiva abarca el último cuarto de siglo de la escultura y las "nuevas formas" en que la disciplina es utilizada. Entre las obras abundan las de choque, aquellas que aspiran a despertar emociones no del todo agradables o placenteras en el público.

En la terraza con el panal

El francés Pierre Huyghe (1962) se lleva la la palma de la extrañeza con su Liegender Frauenakt (Desnudo yacente, 2012), una bella pieza de cemento que cumpliría con cada una de las elegantes características del art déco de no ser porque la cabeza de la escultura de una mujer reclinada está oculta bajo un panal de abejas del todo reales. La pieza ha sido colocada en la terraza de la galería y sólo pueden pasar a verla veinte personas cada vez, que deben permanecer siempre por detrás de una barrera situada a siete metros de la escultura.

No es el único artista que apuesta por la provocación —término que es últimamente bastante barato y socorrido—. El italiano Maurizio Cattelan (1960) expone su ya manido HIM (ÉL), la estatua orante de Hitler que colocó en 2012 en una ubicación del antiguo gueto de Varsovia, y el travieso McCarthy juega con los restos de su espectáculo WS, una versión de sexualidad explícita y bacanales de Blancanieves,en That Girl (T.G. Awake), un grupo de tres esculturas de silicona hiperrealistas donde, imitando la textura y poses de las muñecas porno, representa desnuda a su musa, la actriz Elyse Poppers.

Oswald como objetivo de tiro al blanco

Además de Bear and Policeman (Oso y policía, 1988), una de las figuras neo-pop con las que Koons juega con el kitsch, en The Human Factor destacan Blue Wald (1989), de Cady Noland, una emblemática obra donde la artista utiliza una foto ampliada, presentada como blanco para ejercitar tiro, de Lee Harvey Oswald, detenido por el asesinato del presidente Kennedy, cuyo cadáver aparece en un ataúd en otra de las obras expuestas, y los cuerpos eviscerados del polaco Pawel Althamer.

Aunque la escultura figurativa "puede ser casi tan antigua como el cuerpo humano", dicen los organizadores, los artistas seleccionados demuestran que sigue siendo una disciplina "fresca y vital" cuando se aplican "nuevos enfoques, materiales, técnicas e ideas" artistas se aplican a la materia. Destacan que las referencias usadas por los escultores contemporáneos son muy amplias, al extenderse desde "las preocupaciones políticas, culturales e históricas" de nuestro tiempo, hasta la ciencia ficción, las guerras o "los arquetipos inquietantemente familiares y símbolos enigmáticos de la cultura de consumo".

Pese a lo diverso de los temas, los 25 artistas presentes en la muestra de Londres coinciden en usar el cuerpo humano "como una especie de figura retórica, un medio para la puesta en escena y la exploración". Las piezas de la exposición, desde las hiperrealistas a las casi abstractas, quieren "involucrar a los visitantes en una especie de confrontación teatral".

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