Una veintena de activistas de la organización ecologista Greenpeace, que vestían buzos naranjas, accedieron a primera hora de esta mañana a la central térmica de carbón de Pasaia, en Gipuzkoa, para denunciar sus "efectos contaminantes" y pedir su cierre, según fuentes del colectivo.
Los ecologistas, que han sido identificados por la Ertzaintza, se descolgaron de la chimenea de la central para realizar en ella una pintada de "Stop CO2".
El resto de activistas aguardaba en las puertas de la central con pancartas que pedían el cierre de la central, tanto en castellano como en vasco.
La responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace, Raquel Montón, reclamó que la central "deje que emitir CO2, que es el principal responsable del cambio climático" y destacó que la de Pasaia emite en un año "tanto CO2 como todo el parque móvil de Gipuzkoa o algo más".
Iberdrola defiende el Protocolo de Kioto
Según Greenpeace, Iberdrola defiende el Protocolo de Kioto y critica que el Plan Nacional de Asignación subvencione el carbón a pesar de lo cual mantiene tres centrales de este tipo: una en Velilla del río Carrión (Palencia) otra en Langreo (Asturias) y ésta de Pasaia.
En los planes de cierre de centrales térmicas de Iberdrola únicamente figura el grupo 3 de la central de Langreo, a pesar de que estas instalaciones están completamente amortizadas y que la generación eléctrica a través del carbón es la que emite más CO2 por kWh producido.
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