"Estamos desesperados. Llevamos ya cuatro meses sin cobrar el Ingreso Aragonés de Inserción y vamos sobreviviendo de la caridad. Nos dicen que no nos pueden decir cuando nos renovarán y ya no sabemos qué hacer", se lamenta Carmen, en paro y con dos hijos pequeños a su cargo.

Como ella, cada vez son más las familias que sufren los continuos retrasos que registra la tramitación del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI), la renta básica de entre 441 y 621 euros al mes que da el Gobierno de Aragón a las familias más pobres, sin ingresos y en riesgo de exclusión social.

Los retrasos, que se están haciendo crónicos, superan los 15 días máximos que marca la ley y se disparan ya en muchos casos hasta los siete meses. Las nuevas altas, que ya se dan con cuentagotas, amenazan además con bloquearse de nuevo este verano. Sobre todo en la ciudad de Zaragoza. Lo advierten los propios trabajadores sociales encargados de la burocracia. "Hay usuarios que renovaron en diciembre de 2013 y aún no cobran", explican los trabajadores consultados por 20 minutos.

Solo el año pasado hubo casi 4.000 perceptores en la capital aragonesa y aunque la DGA ha cuadruplicado el presupuesto (que ha pasado de 6,5 millones en 2011 a los 28 de este año), las entidades sociales alertan de que sigue quedándose corto. A principio de año ya había en todo Aragón 5.775 perceptores del IAI.

Los trabajadores sociales del Ayuntamiento de Zaragoza alertan de que los retrasos están obligando cada vez a más familias a recurrir a las ayudas de urgencia. El año pasado se concedieron 27.000, frente a las 14.000 de 2012.

El presidente de Cáritas Aragón, Carlos Sauras, recuerda que el IAI es un "instrumento fundamental en las políticas de lucha contra la exclusión y la pobreza" y que "desgraciadamente" desde sus orígenes "no ha tenido buen funcionamiento". Aún así, la entidad confía en que el Gobierno de Aragón adopte sus peticiones, destine más dinero a la renta básica y suavice los requisitos, que se endurecen con la reforma proyectada por la DGA.