Los residentes han contabilizado 36 establecimientos hosteleros entre bares, tascas, cafeterías y pubs. «A veces incluso te encuentras dos locales por edificio» en un lugar en el que viven 5.000 personas, según explica el presidente de la asociación de vecinos, David Alba.

Alba se hace eco de las quejas emitidas por los residentes de Matogrande: «La gente quiere dormir y ya no aguanta más esta situación, a las tres de la mañana tiene que soportar los pitidos de los coches, a personas haciendo ruido en plena calle y bares abiertos. Es algo excesivo», afirma.

Sospechan en la asociación vecinal que «hay locales que abren más horas de la cuenta». Un hecho que se suma a las denuncias –al menos dos– ya presentadas por algunas comunidades de propietarios del barrio contra los dueños de varios establecimientos por exceso de ruidos y falta de insonorización de los bares.

Para luchar contra la saturación de locales hosteleros, el barrio ha decidido emprender una campaña que pretende ser «un toque de atención al Ayuntamiento, para que se lo piense mejor antes de conceder más licencias de apertura», declara David Alba.

El Orzán fue el primero

El Orzán, zona de movida por excelencia de la ciudad, fue el primero en instar al Ayuntamiento a declarar su barrio zona saturada de ruidos. El pasado 8 de marzo, la portavoz vecinal, Aure López, adelantaba la intención de la asociación de reunirse con representantes municipales para frenar la concesión de licencias de apertura. A la espera de lo que decida el Ayuntamiento, los vecinos de Matogrande solicitan lo mismo que el Orzán, donde hay más de 100 pubs.