Los consumidores navarros compran y consumen alimentos funcionales, que son aquellos pensados para proporcionar beneficios en la salud y reducir el riesgo de sufrir enfermedades, pero dudan de sus beneficios.

Así lo indica una encuesta realizada por Eroski Consumer, que ha querido conocer la opinión de los consumidores sobre estos productos, así como detectar sus hábitos de compra y consumo. Para ello, consultó desde finales de abril hasta primeros de mayo a 1.050 personas originarias de nueve comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Comunidad de Madrid, Navarra y País Vasco.

En Navarra se entrevistó a más de 115 personas. El 50 por ciento eran mujeres y tenían una edad media de 49 años. Solo el 29 por ciento de los encuestados navarros apuntó que en su hogar había alguien que sufría alguna dolencia (él mismo o algún familiar) y de ellos, al 90 por ciento, esta situación les obligaba a cuidar de la alimentación. Gran parte de los entrevistados con dolencias mencionaba diabetes, enfermedades musculares, de los huesos y de las articulaciones e hipercolesterolemia.

A pesar de que existen centenares de este tipo de productos en el mercado, no siempre se conoce el término 'alimentación funcional'. Entre los encuestados navarros, solo uno de cada cuatro sabía de qué se trataba, según ha informado Eroski Consumer en una nota.

A quienes desconocían el término se les proporcionó una definición: un producto pensado para proporcionar beneficios para la salud y reducir el riesgo de sufrir enfermedades, siempre dentro de una dieta variada y equilibrada. De esta forma, del total de personas entrevistadas en Navarra, el 96 por ciento conocía este tipo de productos.

Los alimentos funcionales más conocidos por los encuestados navarros son los yogures, la leche y los cereales. La televisión es donde con mayor frecuencia han oído hablar de ellos.

Además de conocerlos, dos de cada cinco entrevistados en Navarra asegura que adquiere este tipo de productos habitualmente y otro 27 por ciento lo hace a veces. Compran principalmente yogures, cereales y leche, y los eligen básicamente por tres funciones principales: estar enriquecidos con fibra y ser probióticos. Con todo, hay quienes no se han planteado nunca comprar este tipo de productos: el 28 por ciento nunca lo ha hecho.

Entre los entrevistados navarros que compran alimentos funcionales, el 47 por ciento los toman diariamente; otro 30 por ciento, semanalmente; un 11 por ciento, mensualmente; y el resto, con una menor frecuencia. Cuando los consumen, buscan básicamente mejorar el tránsito intestinal y las defensas del organismo, así como reducir el colesterol.

Sobre la confianza

Del total de las personas encuestadas en Navarra que conocen los alimentos funcionales (aunque no los compren ni los consuman), un 32 por ciento asegura que confía lo justo en sus beneficios y otro 23 por ciento, poco o nada.

Además, el 99 por ciento no cree que este tipo de alimentos sean curativos por sí solos, sino un complemento a una dieta variada y equilibrada. Es más, el 69 por ciento los considera un capricho.

En este sentido, un 25 por ciento añade que con la información que se dispone sobre los alimentos funcionales hoy en día no es suficiente. Exigen mejores explicaciones de los productos y de sus supuestos beneficios, según la encuesta.