El coronel colombiano Robinson González del Río ha confesado en una entrevista a la cadena privada RCN que participó en el asesinato de al menos 24 jóvenes que hizo pasar como guerrilleros muertos en combate. Esta técnica se conoce en Colombia como falsos positivos.

En la entrevista, el oficial ha dicho que por presiones de mandos superiores y a cambio de sumas que oscilaban entre los dos y los cinco millones de pesos (800-2000 euros) y descansos con dietas incluidas, asesinaba a civiles en el suroeste de Colombia, terreno de su jurisdicción.  El coronel también acusó directamente al ya retirado excomandante del Ejército, Mario Montoya, de ser el cerebro de esta táctica.

González ha asegurado a la Fiscalía que puede colaborar en el esclarecimiento de estos crímenes que cometió durante varios años bajo el conocimiento de una fracción del Ejército Nacional.

"No quiero regueros de sangre, quiero ríos de sangre. Hay que dar resultados". Según González, estas fueron las palabras de Mario Montoya al que también le reprochó el haber creado una lista con los diez oficiales que mejores resultados obtuvieran. El militar ha denunciado que para el Ejército "eran más simbólicos o más valiosos los resultados por bajas que por desmovilizados o capturas".

El coronel ha pedido perdón a las familias, al país y al mundo por sus crímenes y se responsabiliza de sus acciones en la región del Valle del Cauca: "Se hicieron 17 operaciones con 25 ó 24 muertos de falsos positivos de los que voy a aceptar. Los falsos positivos pasarían en total (en esa zona) unos 400".

Frente a estas acusaciones, el general ya retirado, Mario Montoya, ha anunciado que demandará al coronel González del Río por falsos testimonios y calumnias. En una conversación telefónica con The Associated Press, el abogado de Montoya ha asegurado que "las manifestaciones de González del Río son absolutamente falsas, pues el general Montoya no ha tenido ningún contacto, ni comunicación, ni trato con él".

González del Río fue detenido en 2012 por su presunta participación en la muerte de dos hombres en 2007, dentro del mismo escándalo de los falsos postivos. Estando detenido, el pasado febrero se vio involucrado en una red de corrupción en el interior del Ejército, que como recogen unas conversaciones reveladas en exclusiva por la Revista Semana, Del Río estaba al frente de la asignación de contratos mutimillonarios y lideraba el tráfico de armas interno. Este escándalo motivó la renuncia del entonces comandante del Ejército y le costó el cargo al jefe máximo de las Fuerzas Militares colombianas.

El escándalo de los falsos positivos estalló en Colombia en 2008, aludiendo a hechos que ocurrieron entre 2007 y 2008 dentro de las políticas de Seguridad Democrática del expresidente Álvaro Uribe. La Fiscalía colombiana y organizaciones como la ONU, Amnistía Internacional o CINEP recogen que al menos tres mil colombianos han sido ejecutados extrajudicialmente en medio de esta práctica.

Las declaraciones llegan a a escasos días de la segunda vuelta de elecciones presidenciales en Colombia en una lucha de dos candidatos herederos del uribismo, Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, quienes se enfrentaron en un debate televisado en la noche del lunes donde se habló poco de planes futuros y se dedicó mucho tiempo a las cuestiones personales.