El grupo municipal de Chunta Aragonesista en el Ayuntamiento de Zaragoza ha solicitado al Gobierno de la ciudad que dedique una calle significativa al fotógrafo, conservador y restaurador del patrimonio fotográfico antiguo, Ángel María Fuentes.

Especialista en procesos fotográficos del siglo XIX, ha sido co-fundador de la empresa CAAP, (Conservación y Acceso de Archivos Patrimoniales) y ha dedicado toda su vida a "servir a la Fotografía", como él mismo decía.

"Hoy es un día muy triste para el patrimonio aragonés ya que se ha ido uno de los máximos defensores del patrimonio fotográfico, y precisamente se ha ido en el día en el que se celebra el día internacional de los archivos", ha asegurado el portavoz de CHA, Juan Martín.

TRAYECTORIA

Este aragonés de adopción (Pamplona, 1955) ha desarrollado toda su vida estudiantil y laboral en Zaragoza. Obtuvo varias becas del Gobierno de Aragón y de la DPZ para estudiar en Nueva York, en el Laboratorio de Conservación del International Museum of Photography at the George Eastman House y en el Image Permanence Institute, Rochester Institute of Technology (I.P.I. / R.I.T.) y en diferentes seminarios en Canadá, Alemania, Francia y Dinamarca.

En 1993 funda con Jesús Cía la empresa CAAP, Conservación y Acceso a Archivos Patrimoniales, dedicada a dar servicios de conservación y de conversión digital a fondos históricos.

"Ha sido un pionero, un luchador infatigable por recuperar el patrimonio cultural fotográfico como así lo testifica el prestigio internacional que ha cosechado en los últimos treinta años por lo que su ciudad debería recordarle, además de con una calle, poniendo también su nombre a algún equipamiento o sala relacionada con el patrimonio fotográfico que fue su vida", ha reclamado Martín.

Ángel Fuentes, impartió más de 300 cursos y seminarios en distintas entidades y universidades nacionales e internacionales, ha recordado CHA en una nota de prensa.

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza, estudió después Restauración de Patrimonio Cultural en la Escuela Profesional de Bellas Artes de Zaragoza.

Su defensa a ultranza de la recuperación de lo que él denominaba cariñosamente "artefactos fotográficos" ha servido para evitar la desaparición de miles de placas y fotografías, testigos mudos del pasado.