En la madrugada del domingo, a las 2 serán las 3

  • El último domingo de marzo se adelanta la hora.
  • Se pretende ahorrar energía.
  • Esta medida responde a la normativa de la Unión Europea.
El cambio de hora tiene como objetivo ahorrar energía y afecta a todos los socios de la UE (Jorge París).
El cambio de hora tiene como objetivo ahorrar energía y afecta a todos los socios de la UE (Jorge París).
Jorge París
El cambio de hora tiene como objetivo ahorrar energía y afecta a todos los socios de la UE (Jorge París).

Este domingo es el último del mes de marzo. Esto significa que, como cada año desde la entrada de España en la Unión Europea, hay que adelantar una hora el reloj.

De esta forma, a las 2.00 h de la madrugada del sábado al domingo habrá que poner las 3.00 h.

Normativa europea

Esta medida, recogida en la normativa europea y que afecta a todos los países miembros, surgió como respuesta a la crisis del petróleo de 1973 y con el objeto de aprovechar mejor las horas de sol y reducir el consumo energético.

De hecho, sólo en ilumináción en el sector doméstico se ahorra hasta un 5% del total de gasto, lo que equivale a 60 millones de euros.

Efectos y sus remedios

"El adelanto de la hora puede provocar alteraciones en el ritmo biológico de los seres humanos, aunque es especialmente perjudicial en aquellas personas que sufren problemas neurológicos tales como depresión o dolor de cabeza", asegura Carmen Soria, doctora especialista en transtornos del sueño del hospital internacional Xanit.

Para evitar los efectos secundarios del cambio de hora, es menester prepararse gradualmente. Para ello:

  • Es recomendable exponerse más a la luz solar matutina.
  • Irse a la cama 15 minutos más temprano de lo habitual a la cama y levantarse 15 minutos antes cuatro días antes del cambio.
  • Reajustar el horario de comidas.
  • Evitar las siestas.
  • Comer de manera apropiada.
  • Beber mucha agua.
  • Mantenerse físicamente activo.
  • Tener cuidado al conducir el día del cambio de horario.
  • Evitar recurrir a la cafeína por la mañana y al alcohol por la noche.

Un curioso origen

El germen de esta idea se remonta al año 1784, cuando Benjamin Franklin, siendo embajador de EEUU en Francia, envió una carta al diario Le Journal de París en la que proponía algunas medidas para el ahorro energético.

Franklin propuso tres medidas:

  • Imponer un gravamen a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones.
  • Regular el consumo de cera y velas.
  • Hacer repicar las campanas de la iglesia al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora.

Estas propuestas no se tomaron en serio, pero al poco tiempo comenzaron los primeros experimentos de iluminación con gas, cuya peligrosidad hizo plantearse seriamente el tema del ahorro energético.

Así, poco a poco, las ideas de Franklin fueron retomándose y evolucionando hasta llegar a la conclusión de que lo más conveniente era cambiar la hora, una medida que no se instauró plenamente hasta 1974.

Todas estas curiosidades pueden leerse en un fragmento del libro Zapatos para el pie izquierdo, de Jesús Pardo, recogido en Expamicron.

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