La filosofía humana

La compañía vasca Traspasos afronta el reto de llegar el pensamiento de Nietzsche a un escenario para acercar al público a un autor desconocido.
Dos grandes sillas de metacrilato son los elementos en los que se mueven los siete actores que representan Demasiado humano.
Dos grandes sillas de metacrilato son los elementos en los que se mueven los siete actores que representan Demasiado humano.
Dos grandes sillas de metacrilato son los elementos en los que se mueven los siete actores que representan Demasiado humano.
Para los que no tengan a la filosofía como una de sus aficiones, atreverse a acudir a una representación teatral basada en un texto de Nietzsche puede ser un atrevimiento demasiado fuerte. Pero nada más alejado de la realidad.«El texto está realizado de tal manera que el espectador se queda enganchado desde el primer momento y se mueve por múltiples sentimientos, al igual que hacen los actores», reconoció el director de la obra, Mikel Gómez de Segura.

La seguridad que transmite sobre la obra es tal que a nadie se le ocurre pensar que su propuesta sea difícil. «Nietzsche era el filósofo del futuro, un visionario. Lo que sucede es que su hermana se encargó de desvirtuar todos sus textos, tanto que le convirtió en el filósofo del nazismo cuando era todo lo contrario», añadió Gómez de Segura.

De esta manera, esta representación trata de abrir la mente de los espectadores, una labor que deben tener todos los que se dedican a la cultura, para conocer teorías que se acercan, más que nunca, al ser humano.

El viaje de los libros al escenario se ha realizado con un duro trabajo del autor, Jaime Romo, un profesor de filosofía amante de las teorías defendidas por el protagonista de la obra. «Recrea los últimos días de su vida, y lo hace acercándose al niño que tenía en él y atravesando todos los sentimientos posibles, desde el amor al odio, el encanto y lo horrible...», afirmó el director.

Además, la obra cuenta con grandes actores, como Alfonso Torregrosa, Elisenda Ribas o Susana Hernáiz, entre otros. «Todos han hecho un trabajo muy duro. Para cada personaje, el actor debe desnudarse y dejar al aire su corazón y sus sentimientos», recalcó Mikel.

«La obra va creciendo. Al principio el espectador se siente un poco perdido, pero luego se engancha y crece con la historia. La última media hora es bestial», concluyó.

* Sala Ambigú. Hoy. 20.30 horas. 7,20 euros.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento