Ramón Masats: "Si no miro al suelo me doy una hostia, ¿cómo voy a hacer fotos así?"

  • Este renovador de la imagen ha sido reconocido con el Premio PHotoEspaña.
  • "Dejé de sentir el impulso de fotografiar, y no lo echo de menos" dice sin tristeza.
  • "Soy feliz con mis viejos libros" cuenta el fotógrafo que mostró buena parte de la realidad española de los 50 y 60.
Ramón Masats
Ramón Masats
JORGE PARÍS
Ramón Masats

Su papel renovador y clave en la historia de nuestra fotografía, a la que se dedica la presente edición de PHotoEspaña, sustentan el premio de igual nombre y que es, junto al Bartolomé Ros, el máximo que concede.

Hace doce años que no siente necesidad de fotografiar, así que no ha vuelto a hacerlo. Ramón Masats (Barcelona, 1931) se ha refugiado en la literatura. Minutos antes de empezar esta entrevista abdica el Rey, así que a este casi cronista de la España de los 50 y 60 le preguntamos por el asunto.

¿Qué foto haría o elegiría para este momento?

La que le hice en su boda en Grecia. Cubrí la boda, me tocó, y me fui. Así que ésa elegiría. La que yo hice.

Usted aprendió de modo autodidacta, los de ahora han tenido una formación. Sin embargo parece que los mejores, o una parte importante de ellos, aprendieron por su cuenta...

¿Qué es ser mejor? Es tan subjetivo, te puede gustar más la fotografía de mi época que la de ahora, nosotros no lo hacíamos mal pero los jóvenes están funcionando de maravilla.

¿No se pierde intuición, espontaneidad, frescura si se le presta demasiada atención a lo académico?

La técnica está siempre al servicio del fotógrafo. Si yo empezara ahora, lo haría con la digital. Ese romanticismo de decir que las cámaras de antes, la película, yo no. Esto es romanticismo y yo no soy nada romántico.

Pero usted ha usado la analógica siempre...

No hago nada desde hace 12 años. Le compré una digital a mi mujer y ni a los gatos fotografié.

¿Y por qué?

Porque se me ha perdido el impulso de hacer fotos. Se marchó, de repente me encontré viejo y lo mío ya no es ir por la calle haciendo fotos, porque por la calle si no miro al suelo me pego una hostia. Y así, ¿cómo voy a hacer fotos? Y no lo echo de menos.

Si hubiera dibujado bien, ¿cree que habría sido fotógrafo?

Yo dibujaba un poco y cayó en mis manos la revista Arte fotográfica y pensé que para entretenerme me serviría. Empecé con mi familia, el perro, el gato y te vas metiendo en otras cosas y al final necesité ser profesional. Pero no soy fotógrafo como sustitutivo del dibujo.

Pero sí arquitecto frustrado...

Sí, y creo que mi padre me habría ayudado a serlo, así como no me ayudó para ser fotógrafo.

¿Cree usted que una imagen vale más que mil palabras?

Es mentira eso, una absoluta mentira. Por ejemplo, piensen en una puerta: son 20 o 30 las que cada uno piensa. El que refleja bien la realidad es la fotografía, pero la imaginación es la escritura.

Refleja bien la realidad, pero el fotógrafo está detrás así que ¿es objetiva?

Si eres un gran lector, yo leo de todo, te queda un poso. Cuanto más lees más lo reflejas en la fotografía. Eso no supone que quieras ilustrar lo que han escrito otro, pero sí que la palabra es muy superior a la fotografía.

¿La literatura le ha influido?

Sí, pero he hecho lo que he querido y eso es lo que me hace peor o mejor, pero sobre todo distinto.

Si le dicen en los 50 y 60 que esa España que estaba retratando iba a desaparecer, ¿qué habría pensado?

No lo hubiera creído. Intentaba hacer buena fotografía pero no era consciente de que retrataba una época.

Los tópicos le fascinan....

Sí, mi fotografía está basada en la ironía y en los tópicos.

Y en tópico se han convertido que le hablen de su foto del cura en la portería de fútbol...

La odio, sí. Parece que no he hecho ninguna más.

Pero sí que ilustra bien su ironía

Sí, pero en muchas más fotos mías también. Hay una de una cabra mirando un partido de fútbol que la ilustra muy bien.

¿Qué le parecería que la pusiéramos de portada habiendo abdicado el Rey?

Eso sería una ironía tremenda, pero eso no lo va a conseguir, ni en un periódico como el suyo que tiene un aire distinto.

Todo el mundo habla de fotografía dando por sentado que sabemos lo que es una buena foto y una mala, pero no sé si lo sabemos, ¿qué es una buena foto?

Yo qué sé, si lo supiera la habría hecho. Una fotografía es lo que te da, no tienes que saber si este encuadre o... Es lo que recibes de una foto, la sensación de tristeza o alegría que te produce. Eso es instantáneo. Es lo que quiere transmitir el fotógrafo.

Una mala foto es pues la que no transmite nada, y ahora estamos llenos de malas fotos, ¿no?  Hay una sobredosis fotográfica, todos con el móvil...

Malas fotos ha habido siempre, pero sobre todo ahora que todo el mundo va con una cámara. En cuanto ves algo que te emociona, sacas una foto; coño, vívelo y no te pases el día haciendo fotos. Pero es un invento lo digital. Lo que pasa es que no tengo ni ordenador, soy muy feliz con mis antiguos libros. No quiero. No sé cómo funciona.

Lleva doce años sin fotografiar, y estuvo ya antes 18 sin hacerlo para trabajar en televisión, ¿por qué dejó la televisión?

Pilar Miró quiso hacer fijos a los compañeros realizadores que eran colaboradores, porque así se podía cambiar la manera de hacer televisión, y en buena parte se logró. Pero yo nunca quise hacerme fijo, no entré, aunque los apoyaba.

¿Miedo a perder la libertad?

Hay que elegir entre libertad y seguridad. Por eso nunca he querido ser fijo.

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