La tesis de que el ataque en el Museo Judío de Bruselas, donde murieron cuatro personas, fue un atentado terrorista cobra fuerza entre las autoridades belgas, que decidieron transferir el caso de la Fiscalía local a la federal, competente en esos temas.

La portavoz de la Fiscalía federal, Wenke Roggen, dijo en rueda de prensa que el hecho de que los asesinatos fueran cometidos "a sangre fría, con determinación y en poco más de un minuto" hace pensar que podría haber detrás una motivación terrorista.

Por ello, al juez de instrucción que llevaba el caso por asesinato y tentativa de asesinato, se ha sumado ahora un nuevo juez especializado en terrorismo, añadió la portavoz.

Precisó que además ha cambiado la calificación de los hechos, que antes solo eran considerados asesinato y tentativa de asesinato y ahora, de manera suplementaria, han pasado a ser considerados un ataque terrorista.

La Fiscalía ha revelado que, con el objetivo de recabar pistas que conduzcan a la identificación del autor de los hechos, la Policía está analizando desde el sábado "miles de imágenes" captadas por cámaras y que ha interrogado a distintos testigos, algunos de los cuales "han aportado información que podría ser útil".