Debates con poca Europa, polémicas de género y nuevos partidos marcan la campaña 2014

La Unión Europea, frente a las elecciones más importantes de su historia.
La Unión Europea, frente a las elecciones más importantes de su historia.
GTRES
La Unión Europea, frente a las elecciones más importantes de su historia.

La campaña electoral para los comicios europeos del 25 de mayo ya es historia. Ya estamos en la controvertida jornada de reflexión. Los partidos que se presentan apuraron este viernes las horas que faltaban en actos y mítines con los que atraer a un electorado en apariencia impermeable a la decisiva importancia del voto.

La campaña de estas elecciones 2014 será recordada por la ebullición de nuevos partidos a la izquierda y a la derecha de los dos hegemónicos, el marco de crisis económica en el que se ha desarrollado, el poco debate realmente europeo que ha generado y un puñado de polémicas que han tenido un amplio recorrido mediático.

La campaña empezó vestida de luto tras el fallecimiento de cinco niños en un accidente justo el mismo día que los políticos comenzaban sus actos. Con la campaña ya lanzada, tuvo lugar el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. Un crimen que paralizó los actos electorales y aplazó el debate televisado entre el cabeza de lista del PP, Arias Cañete, y el del PSOE, Elena Valenciano.

Este debate, celebrado finalmente en el ecuador de la campaña, el primero doméstico televisado —ya se habían celebrado con anterioridad dos continentales entre los candidatos a presidir la Comisión, Martin Schulz y Jean Claude Juncker— estuvo en el origen de una agria polémica que se ha mantenido fresca hasta el final de la campaña: el machismo.

En ese cara a cara, Cañete afirmó que un debate con una mujer es complicado porque "si haces abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista", unas palabras que le costaron las críticas de toda la oposición y acusaciones de "machismo, misoginia y prepotencia". La polémica se ha mantenido viva incluso después de que Cañete, que 'desapareció' de los medios por un tiempo, se disculpara, cosa que hizo varios días después de aquella intervención.

Además de la controversia del machismo en política, en los últimos días también han florecido las críticas y las riñas entre partidos por otro tema. El de los escraches. El martes pasado, un grupo de jóvenes irrumpió en el mitin de la exministra socialista Carme Chacón en Madrid al grito de "PSOE y PP, la misma mierda es". Dos días después, una persona fue detenida tras el ataque de manifestantes al coche en abandonaban un mitin el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la líder del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho. Dos actos que han marcado las declaraciones y condenas políticas en las últimas horas.

Un guion previsible y sin sobresaltos

En cuanto al contenido político de la campaña, las sorpresas han sido escasas. Los grandes partidos por intención de voto, PSOE y el PP, han intentado captar el voto apelando a la herencia recibida y a la buena gestión del Gobierno, en el caso del PP, y al recorte de los derechos sociales, en el del PSOE. Por su parte, los pequeños y nuevos han centrado su argumentación en criticar el bipartidismo, a suscitar el interés entre los jóvenes y espantar el fantasma del voto útil.

La abstención, que preocupa (por diferentes razones) a todas las formaciones políticas, ha sido uno de los caballos de batalla principales en una campaña donde la actualidad, los problemas caseros y la óptica nacional han prevalecido sobre las cuestiones europeas, que han quedado relegadas a un segundo plano. Esta característica localista es la principal diferencia que ha habido entre la campaña en España y la campaña propiamente Europea, donde los candidatos sí que han sabido centrar el debate en las fortalezas y debilidades de la UE en su conjunto.

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