Dani Rovira: "Llegué a pensar en piratear 'Ocho apellidos vascos' para que acabara esto"

Dani Rovira, protagonista de 'Ocho apellidos vascos'.
Dani Rovira, protagonista de 'Ocho apellidos vascos'.
EFE
Dani Rovira, protagonista de 'Ocho apellidos vascos'.

El actor malagueño Dani Rovira, que ha pasado del cero al infinito de la fama en menos de dos meses, después de protagonizar 8 apellidos vascos, la película más taquillera de la historia del cine español, se sintió tan agobiado por el peso del éxito que llegó a pensar en soluciones "drásticas".

"El éxito de la película fue gradual, pero con un desnivel enorme; fue tanta alegría y tanta felicidad que, para mí, se pasó de rosca: llegué a pensar en piratearla yo mismo y que se acabara esto", confiesa el actor entre risas en una entrevista en el teatro Compac de Madrid, donde por unos días, volverá a ser un simple monologista.

Rovira, alto, delgado, vestido con una sudadera de algodón y unos vaqueros, como muchos chicos de su edad, "alucina" al pensar en todo lo que ha pasado con su primera incursión en el cine, la última cinta de Emilio Martín Lázaro, el mismo "mago" que en 2002 firmó otra comedia inolvidable, El otro lado de la cama.

"Yo ahora voy por la calle cogido de una mano de Espinete y de la otra de Alf y me paran a mi, y no se dan cuenta de la barbaridad; espero que esto se calme y yo me acostumbre, pero este impacto, primero, con la gente toda loca y yo que no estaba preparado, pues se ha convertido en un choque tremendo", afirma el malagueño.

El acoso al que se ha visto sometido el actor tras correr el rumor de que mantenía una relación con la protagonista de la película, Clara Lago, (que ni confirma ni desmiente) ha provocado que Rovira haya hecho "todo tipo de tonterías".

"Desde ignorarlos (a los paparazzi), a saludar, o coger la moto y aparcarla y luego coger un taxi tipo película de espía...(se ríe); pero había días que me creaba mucha ansiedad", confiesa.

"Sentirse en el ojo del huracán", es una presión "tremenda" para la que "nadie te prepara", resume.

"He sido un poco malote con los paparazzi"

Aunque reconoce que "este negocio funciona en España desde hace sesenta o setenta años; Sara Montiel ya lo sufría. Están ahí, son gente que se gana el pan así. Yo prefiero ganarlo con algo que me permita dormir tranquilo; es un poco absurdo todo, yo sigo siendo el mismo", insiste.

Más serio, Rovira explica que sus amigos le "aconsejan que relativice, pero soy yo quien les tengo 24 horas pegados a mi casa; es un poco agobiante", por eso, reconoce, fue un poco "malote": fotografió a quienes le fotografiaban y lo subió a su twitter.

Y elucubra sobre las situaciones personales de cada paparazzi y la culpabilidad del negocio, de quienes lo demandan o quienes pagan por ello: "solo puedes seguir llevando una vida normal hasta que deje de ser interés ver cómo cojo cacas de mis perros del suelo".

"Ahora solo espero que pasen algunos meses, que la espuma baje y que la conclusión de todo esto sea que se me abran más puertas y tener más proyectos", apunta el actor, ahora también en la serie de televisión B&B.

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